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Entrevista

Íñigo Errejón: "Quiero un gobierno progresista. El PSOE tendrá que explicar si prefiere otra cosa"

Candidato de Más País. Con 35 años, ya ha fundado dos partidos y ha sido diputado en el Congreso y en la Asamblea de Madrid.

Íñigo Errejón: "Quiero un gobierno progresista. El PSOE tendrá que explicar si prefiere otra cosa"

¿Es Íñigo Errejón la «nueva esperanza blanca de la política española» como le definió su excompañera de Podemos Victoria Rosell?

¿Eso dijo Victoria Rosell? (pregunta sonriendo) . En realidad, nosotros no hemos inventado la pólvora. Hemos irrumpido para que pase una cosa muy sencilla, que la sensatez y el pragmatismo permitan que lo que los ciudadanos voten se convierta en leyes y en gobiernos al servicio de la ciudadanía. No reclamaría el copyright, eso es lo que hacen todos los días los españoles, llegar a acuerdos, menos los dirigentes de los partidos progresistas que nos han obligado a ir a unas segundas elecciones que constituyen un regalo para las derechas, para el PP, en menor medida para Ciudadanos y, sobre todo para Vox. Puede que haya mucha gente enfadada que creyera que su voto no se había respetado y que ahora no fuese a votar porque piensa: 'yo ya voté, ya hice mi trabajo y vosotros no'. Para que esa gente tenga una opción de votar progresista y desencallar la situación, para eso hemos dado un paso adelante. Me indigna el lema de Sánchez con «Ahora sí». Y ¿antes no? Hace falta una opción que cuando tenga que elegir entre los intereses de la ciudadanía y sus siglas, elija siempre los de la ciudadanía. Entre partido y país, elija siempre país.

Estos días ha afirmado que lo prudente no era que Más País se presentara el 10N. Después le han acusado de oportunista e irresponsable por dividir más el voto de la izquierda. ¿Solo un buen resultado le salvará de la hoguera?

Somos muy dados a hacer hogueras y piras. Eso es lo de menos. Si a uno le da miedo que le critiquen no debería estar en política. Le debe dar miedo no cambiar las condiciones de vida de la gente que le rodea, como las camareras de piso que trabajan por 2,5 euros limpiando habitaciones. Esas personas no pueden esperar una repetición electoral, necesitan ya que se garanticen las mismas condiciones de trabajo, seas de una subcontrata o de una plantilla fija. En España se nos da genial, pero la política del zasca no da soluciones a los parados de larga duración y consigue reducir el precio de los alquileres. El miedo no es la crítica, es que seamos inútiles.

El efecto Errejón tuvo eco durante unos días, con encuestas que le eran muy favorables, pero un mes después parece que se ha desinflado la euforia.

Hay una respuesta más técnica y otra política. La más técnica es que nos están valorando con encuestas que pensaban que nos íbamos a presentar por todo el territorio nacional y ahora lo hacemos en 18 provincias de 50. Yo libré en mayo unas elecciones autonómicas y días antes de votar nos daban entre el 7 y 8 % pero luego sacamos el 15 %. Las formaciones políticas nuevas a veces se pasan un tiempo bajo el radar de las encuestas. Creo que vamos a tener dos cosas: un grupo parlamentario muy importante de Más País, en conjunción con Més Compromís; y una contribución decisiva a que haya un gobierno progresista.

El objetivo principal de Más País es facilitar el desbloqueo político y que haya gobierno progresista. ¿Votar a Íñigo Errejón es votar a Sánchez?

No, primero porque Sánchez no ha aclarado si quiere coquetear con Pablo Casado. Con Albert Rivera ya no le van a dar los números. La solución es un acuerdo de gobierno progresista, que se resume en tres tareas fundamentales. Uno, combatir la violencia machista, contra la que no hay que poner lazos, hay que poner dinero, recursos para que dejemos de pasar esta vergüenza de 49 mujeres asesinadas. Dos, la UE pone el Mediterráneo como ejemplo de emergencia climática y, por desgracia, no nos faltan muestras estos días. En la Vega Baja resuena mucho este mensaje, porque combatir el cambio climático no es solo pensar en los osos polares, es limpiar el cauce de los ríos. Y tres, si es verdad que va a venir una crisis, nos debe coger con los deberes hechos, con más protección para las familias y más servicios públicos. Nuestros diputados van a votar un gobierno progresista. Es un gesto de honestidad. Y le pedimos a Pedro Sánchez que lo aclare. Y además, los dirigentes de Unidas Podemos tienen que decir que si el número de ministerios que les ofrecen no es el que les acaba gustando vamos a tener que ir a unas terceras elecciones.

Puestos a facilitar la gobernabilidad, si la izquierda no suma, ¿acepta un pacto PSOE-CS?

A Ciudadanos no le van a dar los números. Las encuestas varían mucho pero todas dibujan una tendencia donde los votos progresistas dan. Y si dan, que alguien me explique por qué los socialistas prefieren otra cosa. Pero es que además, Ciudadanos decidió otra cosa: ser el compañero de viaje de Vox, que ya parece que les adelanta.

¿Ya no descarta ser ministro?

(Sonríe) Me lo preguntaron a las 7.30 de la mañana en una entrevista y dije que no descartaba nada. Pero el Partido Socialista no debería confundirse con nosotros. El maldito juego de las sillas y los sillones nos ha llevado al bloqueo político, ese no es el camino. No quiero entrar en ese juego, lo primero que tiene que hacer el Gobierno es ponerse a trabajar. En algún momento se puso el carro delante de los bueyes, yo no, pero se pusieron a discutir antes qué posición ocupaba cada uno en lugar de qué tenía que hacer el Gobierno. Esto no va de baile de sillones, va de voluntad política.

Íñigo Errejón habla catalán, además de inglés, italiano y español. ¿Pero entiende usted al dividido pueblo catalán?

Es fundamental que nos posicionemos sobre la crisis política en Cataluña, pero Cataluña no es el único problema que tiene España. Llevamos demasiado tiempo discutiendo solo sobre un problema que nos impide hablar de cualquier otra cuestión territorial. En la Comunitat Valenciana se sabe bien por la despoblación, por la infrafinanciación y por la desigual prestación de servicios. Respecto a Cataluña, voy a ser honesto. El problema no tiene una solución inmediata, creo que es un problema de largo recorrido, donde hay que reconstruir puentes y la posibilidad de entendimiento entre personas que piensan muy diferente. Se equivoca quien piense que se soluciona solo enfrentando a ambas partes. Tiene que haber un acuerdo mayoritario entre catalanes, que luego hay que refrendar en su relación con España.

No puso peros a la exhumación del dictador Franco en plena precampaña. ¿Sacar al dictador del Valle de los Caídos es más importante que el momento, antes de acudir a las urnas?

Intentaba poner mirada larga. Dentro de un tiempo, nadie se acordará qué pasó en esa fecha, se acordarán que lo sacamos con 40 años de retraso. Y espero que recuerden que sacar a Franco no fue una medallita electoral, espero que nadie se confunda, es una deuda con los demócratas, es el primer paso de un proceso de normalización democrática para que los que tienen familiares enterrados en cunetas puedan ir a llorarlos, para que los bienes robados por la familia del dictador vuelvan al patrimonio público. Me gustaría tomarlo como el primer impulso, no la estación de llegada. Y que nadie se acuerde de esos gestos pequeños, de si era campaña o de si lo sacaron a hombros, una imagen que me repugnó.

Hábleme de su propuesta de jornada laboral 32 horas.

Eso se ha dicho cada vez que la humanidad ha sido capaz de reducir el tiempo de trabajo. Hace 100 años, España fue puntera con la huelga de La Canadiense, en Barcelona, donde se consiguió la jornada de 8 horas, y entonces se decía que eso iba a ser imposible. Cada vez hay más trabajo que sustituye la robótica. De lo que se trata es que ese trabajo de las máquinas no aumente la precariedad sino que se convierta en más tiempo liberado para la conciliación familiar o emprender otros proyectos. Ya hay empresas que lo están aplicando en Holanda, Alemania o Nueva Zelanda. Los países más productivos no son donde se trabaja más, es donde se trabaja mejor. En España se trabajan muchas horas, pero eso no nos va a hacer competir por arriba. La implantación de las 32 horas será flexible y progresivo, pero va en esa dirección.

Y de la prestación universal por hijo a cargo de 1.200 euros al año, hasta los 16 años de edad, ¿qué me cuenta?

Dice Save de Children que tenemos uno de cada tres niños en riesgo de pobreza, en un país que es la cuarta economía de la zona euro. Quiero que todo el mundo se haga una pregunta. Esa inyección de recursos no va a ir a las Bahamas o a Suiza. Va a ir a la tienda de libros de la esquina, a la carnicera o al supermercado, y a su vez va a crear más empleo. Es una medida para proteger a sectores en riesgo de exclusión social con un dinero que se inyecta y estimula el consumo, cuando más lo vamos a necesitar.

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