Asturias, Cantabria y Castilla y León están dispuestas a articular una «alianza amplia» para defender sus posiciones comunes en materia de financiación autonómica sin esquivar el enfrentamiento con otros territorios más poblados cuyos intereses son contrarios. En una rueda de prensa junto a sus homólogos asturiano, Adrián Barbón (PSOE), y castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco (PP), el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, dijo que las comunidades con más habitantes como Madrid, la Comunitat Valenciana o Andalucía «quieren imponer» una reforma que, a su juicio, sería «la mayor injusticia del mundo» y «la puntilla» para las zonas rurales. Revilla (PRC) tachó de «insuficiente» el sistema de financiación y reclamó al Estado «ampliar la tarta» porque «sería lo justo, lo progresista». Esa es la tesis que defendió en València la ministra María Jesús Montero con el apoyo de los dirigentes valencianos: no puede haber comunidades que pierdan con la reforma.

Sin embargo, Revilla pidió que «no prime el interés político» en la financiación autonómica y que el nuevo modelo atienda al coste real de los servicios. «Perder los votos de Cantabria y Asturias no desequilibra unas elecciones, sino que quien las desequilibra son Andalucía, Valencia y Madrid», opinó. El cántabro sí se sumo a la queja contra Madrid por su legislación fiscal.

En València, mientras tanto, la Crida pel Finançament (plataforma que agrupa a diversas entidades de perfil valencianista) se concentró ayer tarde en contra de la «infrafinanciación, la deuda y el expolio fiscal».