Se dijo cuánto, pero no se especificó de qué manera iba a ingresar la Conselleria de Sanidad los 29 millones de euros que la fundación del magnate textil Amancio Ortega se comprometió a donar para comprar maquinaria y mejorar así el diagnóstico y tratamiento del cáncer.

El protocolo de intenciones se firmó a principios de 2017 con un listado detallado de la tecnología a comprar. Las máquinas están ya (casi) todas operando en los hospitales valencianos pero el ingreso de la donación no se hizo de golpe: para el año que viene la Conselleria de Sanidad ha contabilizado entre sus ingresos la tercera anualidad de la donación del dueño de Zara: 8.396.500 euros. El dinero se había comprometido pero la Administración tenía primero que justificar la compra efectiva de la maquinaria ante la fundación para que esta compensara los gastos, ingreso que se pactó a tres años.

Será en 2020 cuando Ortega complete la transferencia de fondos que han ayudado a mejorar el nivel tecnológico en la lucha contra el cáncer de 18 centros valencianos y que forma parte de los 320 millones de euros que el magnate ha ido repartiendo por toda España para el mismo fin, no sin recibir críticas por ello.

La adjudicación se resolvió a mediados de 2018. Ha sido a partir de entonces cuando comenzó la actualización de sistemas y la llegada de los aparatos. Los primeros, los mamógrafos digitales.

Las resonancias están funcionando ya en hospitales como el General que ya tenía la infraestructura. En otros lugares, como Requena o Vinaròs, hacía falta construir los búnkeres para alojar las máquinas. Los aceleradores y TAC eran los que tenían un plazo de entrega más largo.