El temporal de lluvias que azotó la Comunitat Valenciana el pasado mes de septiembre ha dejado 1.500 viviendas afectada, trescientas de ellas inhabitables en las comarcas de la Vega Baja y la Vall d'Albaida, según ha contabilizado la Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática que dirige el vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau. Para paliar los efectos de la depresión aislada en niveles altos (DANA) en las casas familiares la conselleria de Vivienda ha previsto en los presupuestos de 2020 un total de 25 millones de euros, según acaba de detallar en la comisión de presupuestos de las Corts el vicepresidente Martínez Dalmau. Las ayudas se vehicularán de dos formas: «para el alquiler de una nueva vivienda para las familias que se han quedado sin casa y, mientras, puedan rehabilitar sus propiedades afectadas por las lluvias».

El vicepresidente también ha destacado el incremento de su departamento en un 13,5% «ya que hemos pasado de 165 millones de euros a 187,9 millones. Un dato que confirma la tendencia de cinco años consecutivos aumentando la inversión en políticas a favor del acceso a la vivienda digna, la regeneración urbana y la rehabilitación del parque público de viviendas». La oposición, sin embargo, ha criticado la escasa ejecución del presupuesto de Vivienda en las cuentas de 2019, apenas el 3% del presupuesto global, mientras se incrementa el capítulo de personal de la conselleria para altos cargos y asesores, además de crecer el número de viviendas públicas ocupadas de forma irregular hasta alcanzar las 1.100 casas, entre otros asuntos.

La comisión se ha cerrado con un agrio rifirrafe entre los diputados del PP y Podemos, Alfredo Castelló y Ferran Martínez, a cuentas de una partida destinada a un derribo en Almassora que no aparecía especificado en el presupuesto, mientras finalizaba su intervención el vicepresidente Martínez Dalmau, quien se ha llegado a quejar de las «formas violentas» con las que ha sido interpelado por el portavoz popular de Vivienda.