La pobreza energética es la incapacidad de satisfacer una cantidad mínima de servicios de energía para las necesidades básicas del hogar. Por ejemplo, de mantenerlo en condiciones de climatización adecuadas para la salud de las personas. Esto es, en invierno entre 18 a 20 grados y en verano, unos 25°C.

¿Cuántos hogares valencianos están bajo esa condición? Un siete por ciento de media. Ese es el porcentaje de los hogares de la Comunitat que vive en situación de pobreza energética, según el estudio «La pobreza energética en España: Aproximación desde una perspectiva de ingresos», elaborado por la Cátedra de Sostenibilidad Energética del IEB-Universidad de Barcelona y que analiza esta situación en España y las diferentes comunidades entre 2011 y 2017 teniendo en cuenta la renta disponible.

El informe, publicado por la Fundación Naturgy y presentado ayer en el seminario sobre «Políticas y medidas contra la pobreza energética», detalla que en ese periodo los ingresos anuales de estas familias fueron de 21.234 euros, con unos gastos anuales de energía de 935 euros. Se trata del segundo menor gasto en energía de España, solo por detrás de Canarias. Según la investigación, dirigida por la catedrática María Teresa Costa-Campi, de la Universidad de Barcelona, y elaborado por las investigadoras Elisenda Jové-Llopis y Elisa Trujillo-Baute, la Comunitat es la autonomía con la sexta tasa de pobreza energética más baja de España. La media nacional está en el 8,3 % de los hogares con un gasto en energía de casi 1.100 euros (ver gráfico).

Esta tasa media alcanzó un pico máximo del 8,2% en 2011 en la Comunitat y, a partir de entonces, descendió paulatinamente hasta el valor mínimo de 2016, un 5,5%. En la Comunitat, hay que destacar que siete de cada diez hogares en pobreza energética (70,7%) se ubican en edificios que tienen más de 25 años de antigüedad. Además, el 31,5% de las familias son unipersonales y un 6,6% monoparentales.

Uno de los aspectos que tiene más influencia en este tipo de pobreza es la situación laboral de los miembros de la vivienda. En este sentido, el 25,9 % de los hogares en situación de pobreza energética tiene a su sustentador principal en situación de desempleo, un ratio que en el resto de hogares se sitúa en el 7,7 %. El estudio incide en que los datos demuestran que la pobreza energética es una «dimensión más de la pobreza en general», y por ello las medidas para paliar la pobreza energética «deben abordarse con políticas sociales, que permitan incrementar los ingresos de las familias, y con políticas de eficiencia energética, para promover la reducción del gasto».