«Vamos a continuar con la reversión (de Dénia). No hay que tener ninguna duda. Lleva su tiempo y cuando concluyan, serán informados de toda la negociación y cómo se va a llevar a cabo la reversión». La consellera de Sanidad, Ana Barceló, insistió ayer durante su comparecencia en la comisión de presupuestos de las Corts para hablar de las cuentas de 2020 en que la reversión a manos públicas del departamento de salud de Dénia antes de que expire el contrato sigue en la agenda del Consell para esta legislatura. La consellera mantuvo el discurso pese a que en los presupuestos, y más allá de una mención en los objetivos a cumplir, no está reflejado de forma explícita ni ayer Barceló pudo poner plazos sobre la mesa.

De hecho, los presupuestos de 2019 eran más explícitos al respecto y, en aquella ocasión, desde el Consell se especificó que se usarían los 121 millones de pago a la gestora (DKV y Ribera Salud) para hacer una reversión anticipada. En esta ocasión, Barceló no ha ido tan lejos y, ante las críticas de la oposición -«crearon expectativas que no sabían cómo cumplir», aseguró el portavoz del PP, José Juan Zaplana-, la consellera ha respondido manteniendo el compromiso y poniendo fecha a la reversión de Torrevieja. En esta ocasión, el contrato concluye en 2021 y, tal como prevén los pliegos, el Consell notificará a la empresa que no se irá a prórroga un año antes. «La comunicación se hará en octubre de 2020», recordó Barceló.

Las reversiones fueron de hecho uno de los puntos fundamentales de debate entre Barceló y los portavoces de la oposición que recriminaron también el parón de la reversión de las resonancias, el retraso en publicar el estado de las listas de espera de septiembre -«no los guarde hasta después del 11 de noviembre»-, le espetó la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo- o recortes en partidas concretas.

Barceló defendió el mayor presupuesto de la historia de la conselleria recordando que ha aumentado un 1,9 % con respecto al año pasado y que cada día se invierten en Sanidad «más de 18,5 millones de euros» igualando el gasto sanitario per cápita a la media española «pese a estar peor financiados». La consellera sacó pecho del aumento a 35 millones de euros para reducir las listas de espera (presentarán un plan de reducción de la demora antes de final de año) y de logros como la oferta pública de empleo en 2020, la mayor de la conselleria y con la que se llegaría a 17.030 plazas en total desde 2015 para acabar con la temporalidad.

Por parte del Partido Popular, su portavoz le recriminó a la consellera que las cuentas nacían de hecho con «420 millones menos» porque el presupuesto de 2019 terminó suplementándose, además de asegurar que las ayudas al copago farmacéutico habían sufrido un recorte de 25,8 millones de euros.