El propio president de la Generalitat, Ximo Puig, ha insistido una y otra vez en que la falta de financiación y la inestabilidad política no iban a mermar los presupuestos valencianos de 2020 y menos en derechos sanitarios o sociales.

Un vistazo más en profundidad de las cuentas viene a rebatir, sin embargo, esta promesa: la Conselleria de Sanidad ha suprimido en sus cuentas para 2020 dos líneas de ayuda con 20,5 millones de euros destinadas a que los valencianos con menos recursos (receptores de la renta valenciana de inclusión y colectivos con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional SMI) pudieran acceder a los gastos de farmacia sin problemas.

Se trata de subsidios frente a la llamada pobreza farmacéutica que el Consell del Botànic introdujo por primera vez en los presupuestos de 2018 y que se mantuvieron en 2019 aunque desglosados en dos líneas diferentes.

Ahora, en las cuentas de 2020 estos 20,5 millones contra la pobreza farmacéutica han desaparecido literalmente del programa de ayudas farmacéuticas. Preguntada al respecto, la Conselleria de Sanidad, ha evitado explicar el por qué de la supresión o si estas líneas de ayudas se iban a compensar de alguna otra manera.

Recorte en el resto de líneas

La Dirección General de Salud Pública, sí mantiene, por contra, las cinco líneas específicas para combatir el copago farmacéutico que impuso el Ministerio de Sanidad en 2012 bajo el gobierno del PP y que la exconsellera Carmen Montón impulsó a partir de 2015.

Las ayudas comenzaron en 2016 previendo dinero para pensionistas de rentas bajas y personas con diversidad funcional y se consolidaron durante los presupuestos posteriores hasta llegar a los 72 millones de euros que tienen este año al sumar también subsidios específicos para familias monoparentales, desempleados con ingresos por debajo de 18.000 euros y menores con rentas bajas.

Las cinco líneas se mantienen pero también han sufrido recortes. Todas las líneas bajan a excepción del presupuesto para desempleados que ingresan menos de 18.000 euros anuales que tendrá 458.560 euros más. La subida no compensa, sin embargo, la caída del resto de las otras cuatro: las cinco pierden en conjunto el año que viene 5,32 millones de euros, un 7,31 % de recorte.

En total, y sumando la desaparición de las dos líneas para los colectivos más vulnerables y la rebaja que sufrirán estas líneas individuales, la partida ha sufrido un recorte total de un 27 %, 25,8 millones de euros menos sobre los que el portavoz del Partido Popular en la comisión de Sanidad de las Corts, José Juan Zaplana, interpeló el martes a la consellera Ana Barceló en su comparecencia para presentar las cuentas.

Barceló defendió que los presupuestos de este año eran los más abultados de la historia, con una subida de 1,9 % con respecto al año pasado, y evitó explicitar dónde habían ido a parar estos 20,5 millones y el por qué de los recortes en las ayudas contra el copago. Eso sí, en su réplica a Zaplana, la consellera aseguró que se habían «blindado» estas ayudas y desgranó el número de personas que se han beneficiado de las subvenciones desde su puesta en marcha. «Hasta el 30 de septiembre de 2019 y desde 2016 que se pusieron en marcha, hemos atendido a 455.000 pacientes con diversidad funcional; 3.187.183 pensionistas; 1.085.000 menores; 446.000 desempleados y 105 familias monoparentales. Estamos orgullosos de lo que se ha invertido en personas que en su día tenían que decidir entre un tratamiento o poder comer», aseguró la consellera sin entrar a valorar los recortes.