Los corales del Mediterráneo se están quedando sin color por culpa del cambio climático.Tres estudios desarrollados por el departamento de Ciències del Mar i Biología Aplicada de la Universitat d'Alacant, el Instituto de Ecología Litoral y el Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica así lo demostraron hace meses. Llevaban casi tres años haciendo un seguimiento a las poblaciones de corales superficiales y de gorgonias en estaciones fijas en las reservas marinas de Tabarca, Serra d'Irta y el cabo de San Antonio. Esos primeros resultados dan paso ahora a nuevas investigaciones del Instituto de Ecología Litoral.

Ahora se estudiarán los efectos del cambio climático en los arrecifes del sur de Alicante, dentro del proyecto 'Efectos del Cambio Climático en el hábitat Arrecifes en la región Levantino-Balear'. La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, se desarrollará hasta febrero de 2021 en el espacio marino de Ifach, en la Serra Gelada y litoral de la Marina Baixa, en el Cabo de las Huertas y en la Isla de Tabarca con el respaldo de la Diputación de Alicante.

La Comunitat Valenciana se enclava en un territorio muy vulnerable al calentamiento global, donde sus efectos se dejarán sentir «con mayor rigor» tal como coinciden las voces expertas. Las evidencias, además del aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, empiezan a detectarse en los ecosistemas marinos, particularmente en las zonas intermedias y en las más profundas. La primera fase de este estudio consiste en la identificación de colonias de vermétidos, gorgonias y corales de la especie endémica del Mediterráneo Cladocora Caespitosa y en la instalación de sensores para la medición en continuo de los parámetros físicos -temperatura y PH-, indicadores del cambio climático, que servirán para conocer la evolución de las mismas. Los resultados evaluarán la pérdida de colonias de vermétidos y el grado de blanqueamiento y/o necrosis en las gorgonias y corales de Cladocora.

El diputado de Medio Ambiente, Miguel Ángel Sánchez, explicaba que todas estas especies «son muy vulnerables a oscilaciones de temperatura y nivel del mar, a la acidificación o a la introducción de especies y patógenos exóticos», y recordaba que desde hace años la institución mantiene una «estrecha colaboración» con el instituto en pos de la protección del fondo marino mediterráneo y de su biodiversidad.

Además de enfocarse desde un punto de vista científico, la iniciativa contempla la participación de los voluntarios que colaboran habitualmente en la Red de Seguimiento de Praderas de Posidonia Oceánica, que el Instituto de Ecología Litoral desarrolla junto a la Diputación de Alicante. Asimismo, el proyecto se abrirá a grupos de estudiantes de las localidades de Benidorm, Calp, El Campello, Alicante y Santa Pola, para lo cual, en las próximas semanas, se dará a conocer en los respectivos centros de enseñanza media.

En las especies de Cladocora caespitosa y Oculina patagónica ya se detectó en aquellas primeras investigaciones publicadas por Levante-EMV hace meses el blanqueo, claro indicador de fenómenos de calentamiento global, y el recubrimiento por epizoontes (organismo sin pie que vive fijado a otro). Situaciones que denotan también la acidificación del agua. La elevación de la temperatura del agua del mar ya produjo episodios de mortalidad en masa entre 1999 y 2003. La frecuencia de estas anomalías se ha incrementado en la última década, especialmente en los veranos de 2006 a 2009 y en 2015.

La combinación de una prolongada exposición a altas temperaturas, con un escaso aporte alimenticio, desemboca en el blanqueamiento primero, la necrosis después y por último el crecimiento de otros organismos (epibiosis) sobre las partes muertas de la colonia. Algo comprobado en la reserva marina de Tabarca. De las 27 colonias de Cladocora caespitosa estudiadas, el 90 % sufría algún tipo de «decoloración» y la casi totalidad tenía alguna parte recubierta de organismos como algas. Ninguna colonia observada durante el estudio estaba completamente sana, según aquellos estudios de la Universitat d'Alacant. En cuanto a las 71 colonias de Oculina patagónica, un 80 % estaba afectada por blanqueamiento.

En el cabo de San Antonio, entre Dénia y Xàbia, se fotografiaron 109 colonias de Oculina patagónica y Cladocora caespitosa, donde se observó que el 82,57 % estaban afectadas por blanqueo. Un sensor térmico colocado en una de las boyas de fondeo registró la máxima de 27,25 ºC el 8 de septiembre de 2018, mientras que la mínima fue de 12,09 º C el 12 de febrero de 2018.

En la Sierra de Irta, mientras, la única colonia de Cladocora caespitosa, también conocida como Madrépora, mantenía el mismo aspecto que en 2017, con un 5 % de blanqueado, sin apenas crecimiento. Los estudios se centran en reservas marinas protegidas y por tanto no afectadas por obras costeras, dragados, regeneración de playas, aguas residuales, contaminación industrial o la erosión producida por la pesca de arrastre y artes fijas. Excelentes laboratorios para estudiar los efectos y consecuencias del cambio climático y las especies invasoras al no estar afectados por presiones externas.