Investigadores de la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV) llevan cinco años trabajando para implantar un prediagnóstico rápido y fiable que permita a los especialistas detectar, con certeza y basándose en datos cuantitativos, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en escolares, y otros trastornos cognitivos y de atención.
El equipo interdisciplinar -formado por matemáticos, psicólogos y físicos-, ha elaborado una metodología «simple, rápida y automatizada» que ayuda a hacer una criba inicial de posibles alumnos afectados, por lo que los especialistas evalúan a «un número menor de niños, lo que ayudaría a ahorrar tiempo y otros recursos» a los equipos de psicólogos, explicaron ayer fuentes de la UPV y la UV.
A pesar de que la Asociación Americana de Psiquiatría establece que el TDAH es una de las patologías con más prevalencia en la infancia a nivel mundial (la tienen entre cinco y siete de cada 100 niños), Esperanza Navarro Pardo, profesora de la UV y especialista en Psicología clínica, alerta de que hay un «sobrediagnóstico» entre los menores. «Es como una epidemia, parece que de una clase de 20 alumnos, 15 tengan TDAH, cualquiera que sea un poco más inquieto e indisciplinado... y eso hace que haya un sobrediagnóstico y que muchos lleven una etiqueta o se mediquen cuando no les corresponde», lamenta Navarro, que apunta como posibles causas los cambios generacionales y el paso de la vida rural a la urbana, donde el menor tiene menos espacios para desarrollarse.
El principal problema, según detalla, radica en que el diagnóstico actual se hace mediante un cuestionario que generalmente responden dos adultos: un familiar del menor y un docente. «Se hacen preguntas como, por ejemplo, si el niño se mueve mucho del asiento, si es inquieto, si deja tareas sin terminar... y se contesta desde el punto de vista de los adultos», detalla, lo que a su juicio tiene «escasa tasa de fiabilidad».
Por eso, el equipo investigador -del que también forman parte José María Isidro y Pedro Fernández (UPV) y Juan Carlos Castro, de la Universidad Politécnica de Madrid, aunque actualmente vinculado a la UPV- propone facilitar una criba inicial, ya que los psicólogos tienen «frecuentemente solicitudes de evaluación de posibles casos de TDAH».
A través de un programa informático al que se enfrentan los menores de forma individual, el equipo investigador analiza el tiempo de respuesta a ciertos estímulos visuales en tareas computarizadas, así como la tasa de aciertos y errores. De esta manera, y como relata la psicóloga, se evalúa «directamente a los niños», de una manera en la que «no interfiere el rendimiento académico» (ya que se trata de estímulos visuales a los que todos los menores se enfrentan en igualdad de condiciones).
Así, los equipos psicopedagógicos o psiquiátricos solo atienden a los niños cuyos parámetros hayan salido diferentes al resto, para hacer un diagnóstico final. Además, se haría en base a datos numéricos, como destaca Pedro Fernández, catedrático de Matemática Aplicada y profesor en la ETS de Ingeniería Industrial. «Esto ayudaría a sistematizar, ya que se harían diagnósticos de forma cuantitativa y con un criterio numérico mientras que ahora el diagnóstico es muy cualitativo», explica.
Otra ventaja es que se trata de una prueba muy sencilla de implementar en los centros escolares o sanitarios; que se puede realizar de forma masiva y al mismo tiempo; y que supone en la detección un ahorro de recursos humanos y, por tanto, económicos.
Más de 20.000 datos procesados
Esta nueva metodología que presenta el equipo de la UV y la UPV se basa en procedimientos que van más allá de los estándares dentro de la psicología, derivados de conceptos de física y matemáticas. Por ejemplo, a la hora de seleccionar los candidatos más alejados del comportamiento normativo de los niños, los autores han tenido en cuenta las asimetrías de las distribuciones de probabilidad de los parámetros de las curvas exGaussianas.
Los resultados del trabajo, que ha durado unos cinco años aunque el grupo interdisciplinar lleva casi una década trabajando conjuntamente, se han publicado en la revista Mathematics. Como explica Navarro, se han procesado alrededor de 24.000 datos de casi 200 escolares de Primaria, a partir de los siete años.
La investigación forma parte de la tesis doctoral que realiza Moisés Hernaiz y ahora los trabajos se centran en analizar a adolescentes y adultos, más allá de la infancia.
