Cómo gestionar los residuos es, sin duda, un factor clave a la hora de luchar contra la emergencia climática. En la Comunitat Valenciana los hábitos sostenibles ganan adeptos en la sociedad, y ejemplo de ello es que el reciclaje de envases de vidrio aumentó este verano en la Comunitat un 6,6 % respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y se recogieron 15.960 toneladas. Este dato se entiende mejor si se sabe que ha permitido evitar la emisión de 9.257 toneladas de CO2, equivalentes a retirar de la circulación 4.322 coches durante un año.

Estas son las cifras que arrojó ayer la entidad Ecovidrio en la entrega de los premios «Banderas verdes», en el edificio Veles e Vents de La Marina de València, en un acto en el que participó Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, así como el director general de Ecovidrio, José Manuel Núñez-Lagos. Estas enseñas verdes premian la labor de los nueve municipios costeros españoles más comprometidos con la lucha contra la emergencia climática y la protección del litoral a través del reciclaje de estos envases. Entre ellos, dos de los galardones se han entregado a Benidorm y Dénia.

Estos premios se enmarcan en el «Movimiento Banderas Verdes», una campaña dirigida a ayuntamientos, hostelería y ciudadanos para dar respuesta a los «elevados índices de generación de residuos de envases de vidrio que se dan en verano» en el litoral valenciano. Para elegir los galardonados, «se ha puesto el foco no solo en el incremento del reciclaje, sino también en la participación del sector hostelero y la implicación de los ayuntamientos en la campaña», ha asegurado Roberto Fuentes, gerente de zona de Ecovidrio en la Comunitat Valenciana.

Un nuevo marco normativo

En el acto participó José Manuel Núñez-Lagos, director general de Ecovidrio, quien puso en valor «el compromiso de la Comunitat Valenciana en la recogida de envases de vidrio y cuidado del medio ambiente», y destacó las buenas relaciones de la entidad con el Consell, donde «se ha encontrado un espacio de diálogo, exigencia y reconocimiento mutuo que ha dado resultados satisfactorios».

La consellera Mireia Mollà que, por su parte, fue la encargada de cerrar el acto, valoró los resultados como «espectaculares» y reconoció que «premian las buenas prácticas» de la sociedad valenciana. Además, Mollà recalcó la importancia de estas medidas para «luchar contra la mayor amenaza de nuestra sociedad, como es el cambio climático», así como la necesidad de «dar un futuro mejor a nuestro planeta», una construcción de un futuro sostenible del que «todos debemos ser partícipes». En este sentido, la consellera ha apuntado la necesidad de apostar por los principios de la economía circular para convertir los residuos en «recursos de alta calidad» que puedan ser reintroducidos en el sistema productivo. Para ello, anunció que, próximamente, se aprobará una Ley de Economía Circular -que se vio frenada por el adelanto electoral-. Esta legislación irá de la mano de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, un marco que «interpelará a toda la sociedad», pero que centrará los esfuerzos en los grandes generadores de emisiones.