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Agricultura recorta fondos a la ley estrella del Botànic para modernizar el campo

Las organizaciones del sector reciben entre la «indignación» y la «decepción» los ajustes presupuestarios en la Ley de Estructuras Agrarias para 2020 - Las partidas estrictamente agrícolas disminuyen en seis millones de euros en las cuentas de la conselleria

Un agricultor pulveriza con herbicidas en un campo de cítricos de Chiva. miguel ángel montesinos

La cifra total del presupuesto de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica para 2020 asciende a 422,68 millones de euros, lo que supone un incremento del 4% respecto al anterior ejercicio. Sin embargo, los datos son tozudos. Mientras los programas medioambientales del presupuesto aumentan en casi 11 millones de euros, los agrarios se reducen en 6 millones de euros, según denuncian las organizaciones agrarias AVA-Asaja y la Unió de Llauradors.

El ajuste afecta al desarrollo de la Ley de Estructuras Agrarias, aprobada en 2019 por unanimidad en las Corts con el objetivo de favorecer la movilidad de la tierra, definir el suelo agrario infrautilizado y ofrecer alternativas para su uso sostenible, con la creación de una red de oficinas gestoras de tierrasque consolida y apoya a las experiencias de bancos de tierras existentes. La norma prevé constituir una red de tierras que contribuirá a contactar la oferta y la demanda de parcelas agrarias y a poner parcelas en circulación.

El secretario general de La Unió, Carles Peris, asegura en declaraciones a Levante-EMV que los presupuestos para 2020 son «absolutamente decepcionantes y marcan claramente que estamos ante una Conselleria de Medio Ambiente y Cambio Climático y no ante una Conselleria de Agricultura y Ganadería», puntualiza el líder agrario. El departamento autonómico destina 38,63 millones a Estructuras Agrarias, lo que supone un 0,1 % menos incluso que el año precedente.

En este sentido, Peris lamenta que los planes de la conselleria encabezada por Mireia Mollà «no contemplan medidas específicas para desarrollar la deseada Ley de Estructuras Agrarias, certifica el engaño del Consell a los citricultores valencianos por no pagar las ayudas de minimis prometidas por el president Puig el pasado año y, finalmente, no contempla ni una única medida que pueda ilusionar al sector. Con estos mimbres, pocos cestos puede hacer el sector agrario», sentencia el dirigente de La Unió.

Crecen los gastos de personal

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) también considera que los presupuestos son «absolutamente indignantes, escandalosos e impresentables» ante la emergencia del sector agrario valenciano, puesto que, con los recortes aplicados a las líneas estrictamente agrarias, «no se puede hacer frente a los graves problemas que atraviesan los agricultores y ganaderos». El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, muestra un rotundo rechazo a que el incremento global en un 4,53 % de los fondos anuales de la conselleria «no va a llegar a los agricultores», sino que se destinará a gastos de personal (+30,56% con nuevos altos cargos y asesores) o a cuestiones relacionadas con el medio ambiente (solo la Dirección General de Cambio Climático elevará sus costes un 114 %), «mientras salen diezmadas partidas netamente agrícolas como la gestión de recursos hídricos, las infraestructuras agrarias o la sanidad vegetal», advierte Aguado.

Entre los aspectos positivos, la Unió de Llauradors solo apunta uno. La entidad afirma que la Conselleria de Agricultura «ya no nos podrán poner la excusa de falta de personal a la hora de gestionar mejor los recursos» porque el gasto previsto para este capítulo -incluyendo la subsecretaría, de la que dependen las oficinas comarcales- «se va a incrementar en más de 11,5 millones de euros».

Más allá de su intervención en las Corts, cuando Mollà calificó su administración como «inversora» y destacó el aumento global del gasto, la conselleria no ha respondido las llamadas de este diario para valorar las duras críticas desplegadas por AVA-Asaja y La Unió de Llauradors.

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