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Entrevista

Manuel Castells: "España será ingobernable hasta que haya estabilidad en Cataluña"

«La batalla para frenar los abusos de los oligopolios en las redes es una de las más importantes en curso»

Manuel Castells: "España será ingobernable hasta que haya estabilidad en Cataluña"

Medio mundo está en llamas: América Latina, Hong Kong, Francia, Cataluña... ¿Ve algún hilo conductor entre esta ola de conflictividad y la crisis de gobernabilidad que sacude a España y Europa?

No hay ninguna conexión orgánica. Lo que existe es un fenómeno común en todo el mundo que es la matriz de la que surgen las distintas explosiones sociales. La gran mayoría de ciudadanos no confía en su sistema político, ni en sus partidos, ni en los Parlamentos y ni en los gobiernos. Desconfían de los medios de comunicación, odian a las instituciones financieras y, cada vez más, a las instituciones religiosas tradicionales, como la Iglesia católica. Cuando la gota rebasa el vaso de la indignación o se produce algún acontecimiento particularmente hiriente en la conciencia del ciudadano, a falta de canales de representación institucionales válidos solo les queda la calle, sobre todo a los jóvenes. La violencia responde a violencia y hay grupos que aprovechan para otras cosas, a veces con motivos turbios. Así se va expandiendo la explosión social.

Las protestas no tienen una organización clara. ¿Cómo influyen las redes sociales?

Quienes se movilizan están coordinados a través de las redes de forma espontánea, pero no hay una organización detrás ni delante. Esta es la diferencia con los movimientos sociales como el 15M, que plantearon una serie de valores de transformación social. Existe una clase política en general opaca a la ciudadanía. ¿Hay democracia? Sí, pero consiste en votar 4 años por una opción y ya está. La sociedad actual es mucho más compleja, movilizada y autónoma a la hora de comunicarse a través de las redes, para bien y para mal, porque en ellas cabe todo: el nazismo, el sexismo la xenofobia... No es que sean la solución, pero crean una autonomía comunicativa que permite a la ciudadanía organizarse con independencia del sistema político.

El auge de la extrema derecha, los nacionalismos y el proteccionismo amenazan a la Unión Europea. ¿El origen es el mismo?

La falta de confianza en las instituciones es un fenómeno mundial. Los únicos países que no están desestabilizados por esta razón son dictaduras. En Europa, lo que ha ocurrido es que se ha canalizado con expresiones de extrema derecha. En Inglaterra, el Brexit representa la reacción contra las élites y Johnson puede ganar las elecciones gracias a ese movimiento de reacción antiestablishemnt movido por el rechazo a aceptar a los inmigrantes europeos. Cada país encuentra sus formas de canalización-expresión. En Francia, los chalecos amarillos tienen una característica muy especial: dicen que no son de izquierdas ni de derechas, sino que van contra todas las élites; es otro fenómeno de ruptura de las sociedades. En España ocurre en Cataluña, porque el movimiento por el derecho a decidir es mucho más amplio (más o menos representa al 70 %), que el independentista, que no llega al 50 %. Esa corriente se ha radicalizado por el rechazo a la condena de unos dirigentes fundamentalmente por expresar una opinión. Cuando la sociedad no encuentra una conexión fiable con las instituciones sale a calle.

Usted aboga por una solución política. ¿La veremos algún día?

Toda persona razonable opina que esto es un problema político, no de delincuencia. Cada vez que hay elecciones en Cataluña, los partidos independentistas tienen mayoría. En algún momento habrá que tomar en serio que Cataluña no es exactamente España.

¿Cuál puede ser el antídoto frente al bloqueo político?

A la falta creciente de legitimidad de todas las instituciones políticas se suma la incapacidad de los políticos españoles y los partidos de negociar y tolerar. España siempre ha sido un país intolerante, como la cultura ibérica, vinculada al ordeno y mando, a un Estado autoritario, a 500 años de monarquía absoluta? La fragmentación de opciones políticas no responde al hecho de que la gente no quiera democracia, sino a que no quieren la que se vive ahora. No es previsible que ningún partido vuelva a tener mayoría absoluta: vivimos en tiempos de coalición política necesaria, que es lo que se hace en toda Europa.

¿Y por qué cuesta tanto?

La socialdemocracia era el punto de estabilidad de la construcción europea y está desapareciendo en Europa porque en algunos países optó por políticas liberales o por coaliciones entre derecha e izquierda. Pedro Sánchez tuvo claro desde el principio que el PSOE no podía seguir esa estrategia, pero hay muchos intereses y primero lo echaron de la dirección y luego le hacen la vida imposible para que haga una gran coalición con el PP o con Cs, que conduciría a la parálisis absoluta del sistema. Conservar el poder para los dos partidos a condición de no hacer nada que contradiga las políticas del otro, con una especie de unión nacional contra Cataluña, quiere decir intransigencia y aplicación del 155 y agravaría la situación. España es ingobernable si no se estabiliza Cataluña. Si hay una situación de radicalización contra la expresión constitucional de nacionalidades dentro del Estado español habría un problema que se extendería al País Vasco. Hay que negociar: ahora ya no vale el ordeno y mando.

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