En una nueva reunión con representantes del Consell, los rectores de las cinco universidades públicas valencianas aseguraban que la situación financiera de estas instituciones es «insostenible». Así se lo trasladaron a la consellera de Universidades, Carolina Pascual, y al responsable de Hacienda, Vicent Soler, el pasado miércoles, y así lo recogían ayer estas páginas. Los rectores y rectoras alertaron de la falta de presupuesto para investigación básica y explicaron que las cuentas apenas cubren ya el gasto corriente y de personal.
Pero, ¿en qué se traduce esto? La Universitat de València (UV), como el resto, ve limitada su actividad en diferentes ámbitos y la rectora, Mavi Mestre, ya criticó que los prespuestos de 2020 no incluyeran «las promesas» del Botànic.
En primer lugar, se ven afectados los planes de estudios pues, según fuentes de la UV, la financiación es el motivo por el cual, hasta ahora, no se oferta el grado de Veterinaria, ya autorizado pero para el que no hay fondos económicos con los que sufragar los recursos humanos y las instalaciones a adecuadas. Esto conlleva un gran «coste social», ya que se trata de estudios que no se ofertan en ninguna universidad pública de la Comunitat Valenciana. Asimismo, la falta de financiación también lastra la puesta en marcha de titulaciones bilingües y de dobles grados internacionales, detallan las mismas fuentes.
Además, durante los últimos cursos, la UV ha renunciado a levantar nuevas infraestructuras y, como afirman las fuentes, se ha suprimido el programa de sustitución de equipamientos necesarios para la docencia, igual que el mantenimiento preventivo de infraestructuras, ahora paralizado, ya que solo se atienden reparaciones urgentes, lo que produce «un deterioro progresivo de las instalaciones universitarias».
La Universitat lamenta que las inversiones deben concentrarse en los «esfuerzos mínimos necesarios para mantener la actividad». Esto impide que se amplíen aulas en Tarongers o Enfermería, que se renueven los laboratorios de Burjassot-Paterna o que se desarrolle la zona ideada para los institutos de investigación.
Por otro lado, también se ve afectada la investigación. Con los presupuestos de los últimos años y «en un contexto restrictivo de convocatorias públicas», la Universitat no tiene capacidad para desarrollar un programa propio que consolide los grupos de investigación, ni apoyar a grupos emergentes, claves para el futuro. Sobre esto, desde la UV también constatan que la infrafinanciación bloquea la creación de nuevas instalaciones donde ubicar empresas spin-off y start-ups impulsadas por estudiantes o equipos investigadores.
La financiación también va en detrimento de la gestión de los recursos humanos. Sin capacidad para atraer talento internacional, el Personal Docente e Investigador (PDI) no ve incrementados sus retribuciones, que las fuentes consultadas afirman que son «las mas bajas de las horquillas retributivas de la Generalitat». Del mismo modo, las cuentas -además de la tasa de reposición- también dificultan rejuvenecer esta plantilla y la del Personal de Administración y Servicios (PAS). Las edades medias rondan los 50 años.
Más inversión, según el Consell
Ante las críticas de Mestre, quien denunció que las universidades no han recuperado la financiación que tenían hace una década, desde el Consell apuntan que estas recibirán en 2020 un 23,5 % más de fondos que en 2015, cuando el Botànic empezó a trabajar. Así, el próximo año llegarán a los 901,5 millones de euros frente a los 729,6 de 2015, ya que además de la partida incluida en la conselleria que dirige Pascual (825,8 millones), cabe sumar los 6,8 que están en partidas de otras consellerias, a través de cátedras, convenios...; y los 68,9 de la deuda histórica que la Generalitat pagará este 2019.