No todas las grandes fortunas que se desplazaron hasta València para presenciar el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que acogió la ciudad entre los años 2008 y 2012, abonaron los pases para acceder a las zonas más exclusivas del circuito urbano. La Audiencia de València juzgará la próxima semana una presunta estafa a una de las empresas náuticas que vendía las entradas VIP.

La sección tercera celebrará el próximo martes 3 de diciembre un juicio por una querella presentada por Servicios Náuticos Pleamar SL por el impago de 59.160 euros de 20 pases VIP para acceder a la competición. La Fiscalía pide la libre absolución al considerar que no se ha justificado el delito cometido.

Según consta en las actuaciones, a las que ha tenido acceso Levante-EMV, la mercantil Servicios Náuticos Pleamar SL «se dedicaba a la organización y prestación de servicios náuticos y gestionaba la prestación de servicios a embarcaciones amarradas en el puerto de València», durante la edición del año 2008.

La mercantil Finzurich Rent SL le contrató los servicios de amarre en la dársena para la embarcación SS Delphine, «realizándose las gestiones, por parte de esta mercantil, por Alfonso Cuesta». Durante su estancia, Cuesta «solicitó a la mercantil Servicios Náuticos Pleamar SL, la adquisición de 20 pases VIP durante la celebración del Gran Premio de F1 con un precio de 59.160 euros».

Al parecer, en el momento de la entrega de los pases se informó al acusado de que «las invitaciones se conseguían por ventanilla y se abonaban al contado». No obstante, y según consta en la querella origen de las actuaciones, «debido a la premura de tiempo, a la llegada de los invitados, su alto nivel, y en deferencia a que la embarcación estaba amarrada y porque no disponían de efectivo inmediato y guardaban pocos pases, las abonó» Servicios Náuticos Pleamar SL, que solicitó a Cuesta «verificar la transferencia del pago de las entradas, ya que sin el pago de estas no se entregarían».

El 22 de agosto, el acusado entregó un documento a la empresa náutica que «atestiguaba que la transferencia había sido realizada». Ante el documento recibido, siendo ese día un viernes y una transferencia internacional, «entendió que la transferencia no se reflejaría en su cuenta hasta al menos el lunes, ante lo cual le entregó los pases VIP».

La transferencia nunca llegó porque en realidad lo que le mostró el acusado fue «un pantallazo» en el que solicitaba el ingreso pero sin llegar a solicitarlo.

La empresa estafada interpuso una querella por estos hechos y el abogado defensor, Manuel Núñez, un polémico letrado gallego con antecedentes penales, llegó a un acuerdo en 2012 para devolver 110.000 euros en concepto de «pago de la deuda, intereses y costas» a cambio de retirar la querella. La empresa náutica aceptó el acuerdo y volvió a ser engañada, pues «le fue denegado el pago por falta de saldo».