Lo decía el presidente de la autoridad fiscal (Airef), José Luis Escrivá, el pasado viernes en el tradicional foro económico de S'Agaró (Girona): es difícil exigir a las comunidades autónomas cumplir las reglas fiscales si están infrafinanciadas. Se refería a cumplir los objetivos de déficit que cada año acuerdan Bruselas y el Gobierno de España. Para hacerse una idea, en 2019 ese reto de estabilidad presupuestaria para las autonomías está situado en el -0,1 % del PIB y los últimos datos oficiales sitúan ya a la Comunitat Valenciana con un balance del -1 % (a fecha de septiembre).
«En la medida en que algunas comunidades se sienten, y con razón, infrafinanciadas, es difícil exigirles el cumplimiento de las reglas fiscales. Es un problema de autoridad moral», añadía el responsable de la Airef.
Los últimos datos hechos públicos por Hacienda certifican esa infrafinanciación de la Comunitat Valenciana. La radiografía es especialmente clara si se observan las cifras por habitante. Los ingresos de la Generalitat procedentes del modelo de financiación de las autonomías están en 2019 a 14 puntos de la media estatal y a cuarenta de la comunidad mejor financiada (Cantabria). La valenciana es la última comunidad en este ranking de fondos recibidos del Estado, hecho que no es novedoso y ya ha sido reflejado en numerosos informes económicos.
Mientras esa circunstancia se mantiene inalterada (el modelo de financiación está caducado desde 2014), los últimos datos del Ministerio de Hacienda indican que el gasto por habitante que realiza la Generalitat está casi en la media del resto de autonomías: en el 99,1 en una tabla en la que 100 corresponde a la media (datos del mes de septiembre, los últimos oficiales).
Hay cinco territorios que tienen un gasto per cápita inferior (Murcia, Baleares, Canarias, Madrid y Andalucía), si bien sus ingresos del modelo de financiación son superiores a los de la C. Valenciana.
No obstante, las seis comunidades citadas son las que reciben fondos del Estado por debajo de la media. Este hecho evidencia la vinculación entre infrafinanciación y gasto público. Hay que tener en cuenta que el grueso de los fondos del sistema de financiación procede de la recaudación de impuestos y que este dinero se destina principalmente al sostenimiento de los servicios públicos fundamentales (educación, sanidad y atención social), los cuales están transferidos a las autonomías.
La conclusión es transparente. Escrivá la subrayaba en la mencionada ponencia: La importancia de reformar el sistema de financiación autonómica.
Sin embargo, no es una alternativa realista en el corto (e incluso medio) plazo dada la debilidad de mayorías parlamentarias. Con todo, el compromiso de Pedro Sánchez es culminar este complejo proceso en la legislatura que empieza en unos días.
El cálculo que realiza la Conselleria de Hacienda de la Generalitat con la radiografía de ingresos, gastos y saldo contable en la mano es que si la Comunitat Valenciana tuviera unos ingresos per cápita en caja del sistema de financiación iguales a la media, no tendría déficit.
Llega a esa conclusión porque cerró 2018 con un agujero en las cuentas públicas de 1.574 millones de euros, que representa un 1,4 % del PIB. Ahora, vuelve a estar a 14 puntos de la media del sistema de financiación, que son alrededor de 1.400 millones de euros. Por tanto, si esta cantidad entrara en sus arcas, el déficit sería mínimo.
O inexistente, añaden fuentes del departamento de Vicent Soler, ya que se han quedado pendientes de ingresar 270 millones del mes de IVA que el exministro Cristóbal Montoro dejó de liquidar a las comunidades o una aportación mayor de fondos del Gobierno para la atención a la dependencia. El compromiso en el proyecto de Presupuestos del Estado de 2019 que fue rechazado en el Congreso de los Diputados era elevar esta contribución social hasta el 20 % del gasto total. En la actualidad, el Gobierno financia el 12 % de la dependencia y el resto (88 %) corresponde a la Generalitat. La ley dice que cada administración debe hacerse cargo del 50 %.
Para el Consell, los últimos datos del ministerio son el retrato perfecto de la situación financiera valenciana. Para la oposición, sin embargo, el aumento del gasto se debe a la creación de nuevos cargos y estructuras innecesarias.
