Los países del Mediterráneo han acordado recoger la propuesta del gobierno español para incorporar el corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo occidental en la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia del Convenio de Barcelona. Una decisión adoptada en Nápoles, en el seno de la COP21. El área que ahora queda protegida es una franja continua de aguas marítimas de 46.385 km2 de superficie y unos 85 km de anchura media, que discurre entre la costa catalana y valenciana, y el archipiélago balear. Estas aguas presentan un gran valor ecológico y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para la supervivencia de los cetáceos en el Mediterráneo Occidental.

La noticia fue tomada ayer con satisfacción por la entidad ecologista OceanCare. El reconocimiento internacional, según este colectivo, «es un desafío para el Gobierno central, a la vez que una gran oportunidad para priorizar la lucha contra el ruido submarino y el cambio climático en esta zona protegida». Además, ha expresado su satisfacción por la aprobación en Nápoles de esta propuesta dentro de la XXI Conferencia de las Partes COP21.

El corredor de migración de cetáceos es una franja continua de aguas entre la costa catalana y valenciana y el archipiélago balear. Este espacio es de alto valor ecológico al ser un paso migratorio para el rorcual común hacia sus áreas de reproducción y alimentación en el norte del Mediterráneo y porque es un hábitat y una zona de alimentación para un amplio abanico de otras especies de cetáceos.

Desde OceanCare han felicitado al Gobierno «por este importante reconocimiento internacional». Ahora, según han explicado, el desafío se encuentra en el desarrollo de un Plan de Gestión de Conservación progresivo y efectivo para abordar la reducción y gestión de actividades generadoras de ruido en esta área ecológica. El consultor de OceanCare, Carlos Bravo, ha explicado que la declaración es una «gran oportunidad, no sólo para archivar definitivamente todos los proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos que aún se encuentran en tramitación por el Gobierno español y que amenazan seriamente los valores naturales de esta área protegida, sino también para introducir medidas como la reducción de la velocidad de los barcos».

Una autopista de cetáceos

El avistamiento de rorcuales comunes es cada vez más frecuente en las costas de Xàbia y Dénia. Sin ir más lejos, un rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo animal más grande del planeta por detrás de la ballena azul, se coló hace unas semanas en la dársena norte de la Marina. Dio un par de vueltas cerca de los pantalanes para después salir de nuevo a mar abierto. Se trataba de un ejemplar joven de tan solo unos 8 metros, ya que los adultos pueden incluso alcanzar los 27 metros. Según José Luis Crespo, responsable del área de Conservación del Oceanogràfic de València, explicaba entonces que los cetáceos suben hacia el mar de Liguria en Italia y luego bajan hacia el Estrecho de Gibraltar, donde tampoco es descartable que se queden en una zona calificada ya como una «auténtica autopista de animales marinos».