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Medioambiente

Ochenta y ocho medidas contra la crisis climática en clave valenciana

Mollà defiende en la cumbre de Madrid la Estrategia 2030 con acciones de mitigación y adaptación al calentamiento - Ecologistas y la Unió piden "actuaciones concretas y de control para no ser papel mojado"

«Acciones concretas, medidas de control, seguimiento y evaluación para no convertirse en papel mojado». Esa es la principal reclamación que hacen desde colectivos ecologistas hasta sindicatos agrarios valencianos a la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Horizonte 2030. Un documento que ayer presentó la consellera Mireia Mollà en la cumbre del clima de Madrid COP25 y del que se cerró hace unos dias el período de alegaciones. Se trata de una herramienta con 88 actuaciones: 50 de elllas de mitigación, 31 de adaptación y otras 7 comunes. «Hemos tenido en cuenta el carácter transversal contra el cambio climático con iniciativas que comprenden la movilidad, los sectores productivos, los sumideros naturales de carbono, el impacto de las emisiones sobre la salud pública, la gestión de residuos o la industria que queda fuera del comercio de derechos de emisión», explicaba la consellera.

Desde el departamento de Mollà se defiende que la lucha contra el calentamiento global empieza en cada uno de los 542 municipios de la Comunitat Valenciana. Una apuesta por lo local que se ha traducido en los presupuestos, con un incremento de las partidas destinadas a emergencia climática. Entre ellas la de transferencias y subvenciones, con una dotación de 1,7 millones para los proyectos de entidades locales que contribuyan a la lucha contra el cambio climático. La mayoría de las competencias son municipales, destacan desde la secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica.

La importancia de la Estrategia no es menor, pues se trata de la antesala de la futura Ley Valenciana de Cambio Climático y Transición Ecológica, que será el resultado «de un proceso participativo y abierto a las aportaciones de la sociedad civil, las administraciones y la comunidad científica». «Nuestro territorio está situado en el epicentro del problema. Este contexto tan complejo, estructural e interdependiente requiere un enfoque diferente a escala global alineado con los objetivos europeos y con la Agenda 2030 para cumplir con los compromisos de descarbonización de la economía y reducción de emisiones de efecto invernadero», comentó Mollà durante la jornada «La acción subnacional en la lucha contra el cambio climático».

Así, la titular de la parcela medioambiental de la Generalitat incidía en la necesidad de «dotarse ya con herramientas capaces de actuar sobre el territorio y sus particularidades». En ese punto, exponía como iniciativa pionera de la Comunitat Valenciana la obligatoriedad de contar con la figura del educador ambiental en todas los ayuntamientos, algo establecido en el nuevo Plan de Residuos. También recordó que las cuentas del Consell para 2020 recogen una línea presupuestaria para «el cálculo riguroso de la huella de carbono».

Alegaciones en clave agraria

La Unió, mientras, ha presentado más de150 alegaciones «en clave agraria y rural por considerar a agricultores y ganaderos como grandes aliados en combatir el cambio climático con su trabajo diario». No deja pasar la oportunidad su secretario general, Carles Peris, para recordar a los responsables autonómicos que el documento «no puede ser un mero instrumento de buenas intenciones como lo han sido las dos anteriores estrategias -ambas de la época del Partido Popular-, por eso se va a reclamar la dotación adecuada en los próximos diez años para que todo lo propuesto sea una realidad en 2030».

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