Si el informe de Foessa deja un dato bueno sobre el sistema socioeconómico valenciano es que la exclusión social se ha visto reducida. Si se sacan cifras concretas, parece que en el terreno de la exclusión severa se ha hecho un buen trabajo, ya que el número de personas en esta situación se ha reducido en un 46 % desde 2013 -de 875.000 a 427.000 personas-.

A rasgos más generales, la exclusión afecta a un 20, 3 %, lo que se traduce en un millón de valencianos y valencianas. Este dato deja a nuestro territorio con un nivel de exclusión por encima de la media española, que se sitúa en el 18,4 %. Así, la valenciana se ubica junto a otras autonomías, como los archipiélagos, Andalucía, Extremadura, Catalunya y Murcia, entre las comunidades con tasas de exclusión por encima de la media estatal. No obstante, ese 20,3 % es inferior al 34 % que se registraba en 2013.

Por el contrario, casi ocho de cada diez ciudadanos se encuentran en situación de integración social. Dentro de ese 80 % de la población valenciana, un 51 % se encuentra en una situación de integración plena -frente al 48,4 % en España- y se registran tasas de integración precaria del 28,7 %, algo menor que en el conjunto del Estado español -33,2 %-.

De esta forma, según el documento, la Comunitat se caracteriza por «una situación favorable durante la recuperación, en la que convive una mejora nítida de los niveles de integración y una reducción de la exclusión, con una tendencia a la polarización». En este sentido, «los datos podrían apuntar a la cronificación y agravamiento de las personas que están en situación de exclusión moderada y severa».