Ximo Puig lo tiene claro: mayor descentralización frente a la crisis territorial. Una España federal frente a aventuras secesionistas y centralistas protagonizadas por el independentismo catalán y la extrema derecha. La propuesta la enmarca en una reforma de la Constitución. Lo dijo ayer, durante el acto de conmemoración de la Carta Magna que el gobierno del Botànic ha institucionalizado en Alicante, y lo ha dicho en otras ocasiones anteriores. Es más: el Consell es el único gobierno autonómico que ha aprobado una propuesta de modificación constitucional en esa clave federalista. Lo hizo en febrero de 2018.

La novedad en este 6 de diciembre era la presencia de la ultraderecha de Vox en las instituciones valencianas y su pujanza en el Congreso de los Diputados. Y el jefe del Consell dedicó a este asunto una parte importante de su discurso.

«Hemos de ser implacables con quienes, aun de forma enmascarada, intentan destruir lo más preciado que compartimos: las instituciones democráticas, la cohesión social y la convivencia», dijo Puig, que evitó citar a un partido concreto y tampoco habló expresamente de extrema derecha.

La referencia implícita a Vox, no obstante, fue clara: «Debemos combatir las tergiversaciones y mentiras de quienes buscan reinventar nuestro pasado para repetir lo más oscuro de él».

El president de la Generalitat invocó una apelación de Angela Merkel a la firmeza frente a los radicales para llamar por su parte a actuar en defensa del Estado autonómico. Este es uno de los caballos de batalla del programa de Vox, que considera el modelo nacido de la Constitución de 1978 un derroche por la existencia de 17 parlamentos y una amenaza para la unidad territorial.

El discurso de Puig está en las antípodas. «Cuando se ataca el Estado autonómico se ataca el Estado del Bienestar», dijo en referencia a que las comunidades gestionan la sanidad, la educación y los servicios sociales.

El líder del PSPV abundó en el rechazo a la idea de que «las políticas autonómicas son 'subnacionales' y menores».

Así, frente a la marcha atrás de la ultraderecha, Puig insistió en sus trece: ir un paso más allá en la descentralización.

Porque España, admitió, «tiene ante sí un gran desafío territorial». Y es necesaria una reflexión, que «debe dar lugar, en mi opinión, a una reforma constitucional en sentido federal».

«Una reforma que, no me cabe duda, contribuiría a luchar contra las dos tentaciones tan presentes como perjudiciales: el secesionismo y el centralismo», añadió. Lo ve así, «porque federar es unir desde la diversidad», en su opinión, la forma de «cohesionar España y fortalecer la unidad de todos los españoles».

Para Puig, la Constitución «no es un pacto pétreo e inamovible». No opina lo mismo el PP, que ayer mismo, segundos después de finalizar el acto, rechazó la propuesta federal por boca de su más alto representante institucional, Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante.

Ausencias por la derecha

Los grupos oriolanos de Cantores de La Pasión y el de Cantores de la Primitiva Pasión Federico Rogel pusieron la nota musical a un acto que abrió y cerró la Banda Sinfónica de Alicante. Se lo perdieron los líderes autonómicos del PP, Isabel Bonig, y de Cs, Toni Cantó, ausentes en el acto. Tampoco se desplazó el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio. El Consell acudió en pleno. La novedad con respecto al año anterior fue la presidenta del Consejo de Estado, Teresa Fernández de la Vega. El alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), también acudió, pero se fue pronto por una procesión.

Puig hizo hincapié en que se puede avanzar en descentralización sin reforma constitucional. «El Senado ya puede y debe ser una cámara territorial». Debe impulsar «todas las posibilidades federalizantes» de las que habla la Constitución.

Diálogo, acuerdo, diversidad y entendimiento fueron las palabras clave sobre las que giró el mensaje de Puig. Muy en sintonía con el discurso que minutos después pronunciaba el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en Madrid. Este reclamó «un pacto entre diferentes para garantizar la gobernabilidad». En ese marco, y sin salirse de la Constitución situó «la solución» de la crisis en Cataluña.

Mónica Oltra, también en esa línea, llamó a «garantizar la igualdad en la diversidad de todas las personas y también de todos los territorios. La diversidad nos enriquece como personas. La pluralidad fortalece la sociedad».