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Análisis

Bonig gana tiempo para la batalla interna

Génova rehúye el conflicto y aleja el fantasma de un congreso anticipado para renovar a la lideresa La caída de Cs refuerza al PPCV

Bonig gana tiempo para la batalla interna

El presidente nacional del PP, Pablo Casado, ha avalado de palabra en varias ocasiones a Isabel Bonig como referente de los populares valencianos. Lo ha hecho en entrevistas y actos y ha apostado por ella como cartel electoral en las autonómicas de 2023. La posición pública de Casado contrasta, sin embargo, con las voces internas (algunas más cualificadas que otras) que dan por hecho que Bonig no tendrá una segunda oportunidad para reconquistar el Palau de la Generalitat porque su liderazgo tiene fecha de caducidad. Tan pronto como se convoque el congreso regional, apuntan, Bonig tendrá una alternativa bendecida por Génova.

La idea de que Bonig no cuenta con el respaldo de Casado ganó fuerza entre el sector crítico antes de las elecciones generales hasta el punto de que dirigentes de peso veían claro que el congreso regional se adelantaría para forzar un relevo en el partido. Tras las comicios, sin embargo, las voces se han apagado y comienza a descartarse la idea de que el PPCV se vea sumido en breve en una batalla orgánica por el liderazgo, al menos, a nivel autonómico. El porqué de este cambio tiene diferentes respuestas que van desde que en realidad, más allá de los desencuentros, la continuidad de Bonig nunca ha estado en duda, hasta que la inestabilidad en España desaconseja abrir el melón interno. En el PPCV aseguran que la relación entre Bonig y Casado es buena y que en Génova ya se han percatado de que las críticas no están fundamentadas más allá de la existencia de movimientos para desestabilizar a ella y a su equipo.

Sea como fuere, parece claro que, tras los comicios del 10 de noviembre, Bonig ha ganado tiempo para reforzarse de cara a una batalla que llegará, pero para la que tiene más de un año de margen. Estatutariamente el congreso regional valenciano no debe celebrarse antes de 2021 salvo algún motivo excepcional que, subrayan fuentes del PPCV, no existen. De hecho, sólo un impensable nuevo congreso a nivel nacional (el que llevó a Casado al frente del partido fue extraordinario) podría justificar que en cascada se organizaran los procesos regionales. Ante una situación de zozobra institucional en España y con un Gobierno de Sánchez que, aunque se cierre será inestable, Génova no quiere oir hablar de líos internos.

El interés de Casado de centrarse en llegar a la Moncloa e ir reforzándose internamente da un respiro a Bonig, que, además, vive un momento dulce en la oposición tras el descalabro de Ciudadanos. El partido que amenazaba con arrebatarle el liderazgo de la oposición está desnortado. El golpe se deja sentir en el grupo parlamentario y en su síndic, Toni Cantó, un rival que pierde fuelle. De momento, el PP ha recuperado su espacio como referente de la oposición. El grupo parlamentario y el partido está activo y aprieta al Botànic.

Por otro lado, las fuentes consultadas apuntan que es Génova la que tapona la celebración del congreso en la provincia de València y en la capital donde funciona una gestora. Si hay algo en lo que la dirección regional y los críticos a Bonig coinciden es en que urge una dirección sólida. La debilidad del partido y el desgaste acumulado en la militancia se ha dejado sentir en las elecciones.

En la última junta directiva del PPCV, Bonig dejó claro que estaba a favor de que se celebrara el congreso pero que debía consensuarlo con Génova. En medio de la resaca electoral, la dirección nacional no tiene la cabeza puesta en cuestiones orgánicas, si bien hay un premisa: sólo se convocará el congreso si hay garantía de que no se repita la batalla que en su día enfrentó a Mari Carmen Contelles y Vicente Betoret. Fuentes cercanas a Bonig apuntan que el candidato o candidata será consensuado.

La reflexión respecto a la necesidad de una candidatura de consenso que evite una batalla campal se extiende al congreso regional. Bonig quiere y trabaja para tener esa segunda oportunidad como presidenciable, si bien está por ver qué hará si, como siguen sosteniendo algunas fuentes, Génova impulsa una candidatura propia. Muchos factores juegan en esta hipótesis, entre ellos, la propia fortaleza de un Casado que también aspira a llegar a la Moncloa.

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