Ya es oficial. La administración sanitaria ha adjudicado a la firma Eresa, propiedad de la familia Saus, el contrato convocado por el consorcio del Hospital General para dar apoyo en el servicio de resonancias y TACs y asumir las pruebas que el centro público no pueda hacer por sus propios medios mientras completa el proceso de para volver a asumir el servicio que hasta este verano estaba en manos, precisamente, de Eresa.

Según la resolución firmada por la propia consellera Ana Barceló el pasado 21 de noviembre, las ofertas presentadas por Eresa para los dos lotes (resonancias magnéticas y TAC) han sido elegidas frente a las de la UTE Hospital 9 de Octubre. La firma de los Saus se compromete además a hacer el trabajo -un máximo de 18.000 resonancias anuales y 11.500 pruebas de TAC- por algo más de 1,7 millones de euros, un millón menos del presupuesto previsto por la administración.

La resolución del contrato supone en la práctica la vuelta de la empresa al centro en el que ha trabajado durante más de 20 años usando instalaciones públicas pero con material y personal propios a raíz de los contratos firmados con los gobiernos autonómicos del Partido Popular. El ahora exgerente del General, Enrique Ortega se marcó como objetivo completar la salida de Eresa del negocio de las resonancias públicas en el consorcio a la finalización de los contratos, algo que consiguió, a grandes rasgos, este verano con el desmontaje de las máquinas de la empresa privada.

La internalización -no exenta de polémica al dejar en la calle al personal de la privada, que no fue subrogado- llegó sin embargo en mitad de la instalación de las nuevas máquinas donadas por Amancio Ortega al Hospital General (el consorcio operará con dos TAC y dos resonancias propias), motivo por el que se decidió sacar un contrato de apoyo externo que se ha resuelto ahora, medio año después de lo previsto inicialmente. Mientras llegaban y se instalaban las máquinas y a la vista del retraso del nuevo contrato, el servicio público del General estaba doblando horarios y trabajando incluso sábados y domingo para asumir la demanda de pruebas existentes.

Eresa ha sido también la empresa mejor posicionada en el contrato de apoyo convocado por Sanidad para garantizar que se llega a todo en el resto de hospitales públicos donde el servicio de resonancias estaba también privatizado en manos de Erescanner, unión de empresas en las que también está Eresa. Ese segundo contrato está adjudicado pero aún no se ha puesto en marcha por el retraso de la conselleria en internalizar las pruebas.