Todavía no hay datos oficiales pero desde el Colegio Oficial de Médicos de Valencia tienen claro que cuando en marzo hagan el balance anual de agresiones registradas a facultativos, la cifra va a superar las 26 notificadas de marzo de 2018 a marzo de 2019. «De continuar la tendencia, lamentablemente, en marzo estaremos por encima del año anterior», avanzó ayer la presidenta de los médicos de la provincia de Valencia, la oftalmóloga Mercedes Hurtado. El colegio de médicos aprovecha la celebración el 14 de marzo del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario para hacer su balance anual de ahí que todavía no puedan aportar cifras equiparables de una realidad que, sin embargo, es la punta del iceberg ya que «se producen más agresiones de las denunciadas», recordó Hurtado por lo que pidió a sus colegas notificar cualquier tipo de agresión, «ya sea verbal, física o de carácter intimidatorio».

Las verbales, por ejemplo las amenazas, son las más habituales. De las 26 agresiones totales registradas por el colegio provincial de marzo de 2018 a marzo de 2019, el 83 % fueron insultos o amenazas mientras que el 17 % restantes fueron agresiones físicas.

Hurtado puso ayer en valor la sentencia condenatoria conseguida a principios de año contra un hombre que amenazó con una navaja a una médica embarazada en Alzira. No es la primera sentencia condenatoria por agresiones que se consigue en un caso en el que ha participado el colegio oficial pero sí es la que ha implicado una pena mayor «de tres años que ya supone entrada en prisión», ya que las anteriores habían sido «de 18 o 21 meses», condenas que al no existir antecedentes penales no suponen la entrada del condenado a prisión.

En esta ocasión fue el juzgado de lo Penal número 1 de València el que impuso la pena de tres años (según dio cuenta este diario en marzo) por un delito de atentado contra funcionario sanitario. Según la sentencia, el paciente se coló en el despacho de la facultativa antes de que empezara el horario de consultas y la amenazó con una navaja de 11 centímetros para exigirle la redacción y entrega de un informe: «He venido a por el informe y voy a hacer lo que haga falta para conseguirlo», recogía el fallo.

En este sentido Hurtado demandó una vez más, que se mejore la protección de los profesionales que trabajan en el ámbito privado y se equiparen, de alguna manera, a sus colegas de la pública que sí están reconocidos como «autoridad». «Hay que trabajar por un blindaje también en la privada», pidió.