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Polémica

El congreso abierto del Bloc se complica con el veto de varias comarcas

Parte de la militancia rechaza que no afiliados puedan decidir el futuro del partido - Marzà dice que comparte con los históricos fortalecer Compromís

Asistentes a un congreso anterior celebrado por el Bloc Nacionalista Valencià. m. á. montesinos

La pretensión de la actual dirección del Bloc de celebrar un congreso abierto el próximo mes de junio con la intención de ampliar sus bases y fortalecer su proyecto político empieza a encontrarse con importantes escollos.

La formación mayoritaria en Compromís celebra este sábado un Consell Nacional que tiene como punto caliente la votación sobre si se amplía la posibilidad de participar a los adheridos, aquellos que dieron el paso de afiliarse directamente a Compromís, pero que no pertenecen a ninguno de los partidos de la coalición.

Al menos cuatro comarcas se han posicionado en contra de abrir las puertas a personas que no forman parte del Bloc. En un sector de la militancia cobra fuerza la idea de que no se puede poner el futuro del Bloc en manos de quienes no son militantes del partido y señalan que hay tiempo suficiente hasta junio para que quien quiera participar en el congreso se afilie y vote después en igualdad de condiciones que el resto de militantes.

Las que se oponen

La Safor, l'Horta Sud o l'Alcoià rechazan de plano el congreso abierto y, además, el Camp de Morvedre se opone a que cada militante sea delegado, ya que también lo serían los adheridos, por lo que solicitan rebajar el número de delegados al congreso a uno por cada tres militantes. Contra el proceso abierto se ha posicionado también la corriente Bloc i País.

Además, hay otro escollo. Para conseguir que el congreso se abra a los adheridos, la actual dirección tiene que superar una mayoría reforzada de dos tercios de los dos centenares de miembros del Consell Nacional, lo que complica las intenciones de la dirección, según admiten distintas fuentes. Los críticos con el cónclave «abierto» apuntan que la Ley de Partidos impide que participen en los congresos de las formaciones políticas personas que no forman parte de ellas. Y añaden que Compromís ya vetó en su día que afiliados de otras formaciones de la coalición pudieran participar en congresos del resto de partidos integrantes, lo que sería extensible a la militancia que sigue teniendo Gent de Compromís.

Con todo, fuentes cercanas a la ejecutiva defienden que la celebración del congreso abierto está avalada por la unanimidad de la ejecutiva del Bloc por lo que de alguna forma sorprende el revuelo generado por esta decisión.

Así, la idea de abrir el congreso parte de la actual dirección que lidera Àgueda Micó y tiene a uno de sus máximos defensores en el conseller de Educación, Vicent Marzà, que además será quien coordine la ponencia política que debe decidir hasta donde llega el giro ideológico que el Bloc quiere realizar para resultar más atractivo, lo que muchos ven como un intento de sustituir Compromís.

Además, el congreso se ha calentado después de que referentes de la «vieja guardia» como el presidente de las Corts y del Bloc, Enric Morera, el conseller Rafa Climent o el portavoz en el congreso Joan Baldoví hayan defendido en un artículo en este diario que el Bloc no puede caminar en solitario ni dar la espalda a sus socios, porque si lo hace, fracasará. Este sector, que pasó la travesía del desierto fuera de las instituciones, marca terreno y advierte contra cualquier experimento que ponga en peligro Compromís.

La respuesta de Marzà llegó ayer en tono conciliador. El principal referente de la nueva generación del Bloc aseguró que está «muy de acuerdo» con las reflexiones de sus compañeros y anuncia que se hará «un congreso que sume más gente al proyecto, fortalezca Compromís, relance el discurso y construya las alianzas con la sociedad valenciana para ser el instrumento más útil a la ciudadanía».

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