Tres días hábiles. O, como mucho, seis. Ese es el plazo que la Directiva 2013/32/UE del Parlamento europeo y del Consejo de 26, de junio de 2013, establece para que «los solicitantes de asilo puedan registrar su solicitud de protección internacional ante la autoridad competente». Si la petición se presenta ante una autoridad que no sea competente «ésta debe adoptar las medidas necesarias para que el registro se lleve a cabo en un máximo de seis días hábiles». Nada de esto se cumple en la comisaría de Zapadores de València, la única sede habilitada en toda la provincia de València para poder formalizar la solicitud de asilo. De hecho, Levante-EMV publicó ayer que los solicitantes de asilo pasan tres días haciendo cola para poder conseguir no la solicitud formal de asilo, sino la cita previa con la que poder hacerlo.

Así, los futuros demandantes de asilo (que mientras tanto están en situación irregular y, por ello, expuestos a ser deportados) pasan tres días haciendo cola para poder conseguir la cita previa. La policía impide que más de 30 personas esperen en la acera de enfrente y que pasen la noche allí. Les deriva a un parque cercano. No son pocos los vecinos del barrio que han alertado de colas interminables durante días, con presencia de menores. El pasado miércoles la lista de migrantes apuntados para pedir la cita previa era de 98.

Las personas migrantes que ayer ocupaban los primeros puestos de la lista y fueron atendidos formalizarán su petición de asilo dentro de seis meses, en junio de 2020. Durante esos seis meses (que antes del plan de choque puesto en marcha por delegación de Gobierno al ampliar las plantillas de los policías que se encargan de realizar los trámites era de más de un año y medio) los migrantes contarán con un papel que indica la cita previa, en aras de evitar su expulsión. Eso sí, sin la documentación en regla -la denominada «tarjeta roja» que se les concede a quienes piden asilo hasta que se resuelve su expediente- no hay ni cuenta de banco, ni ayudas, ni entrada a la red del sistema de protección. La nada.

Entidades sociales como Valencia Acoge, CEAR, Cepai o la Mesa de Entidades de Solidaridad con los Inmigrantes aseguran que este problema «se remonta al menos hasta comienzos del año pasado sin que hasta ahora se le dé solución ni el Gobierno asuma sus responsabilidades internacionales en la acogida digna a las personas que reclaman protección internacional».

Desde Valencia Acoge se lo ha comunicado en varias ocasiones a la delegación del Gobierno que, hace un mes, puso en marcha un plan de choque para reducir la espera y mejorar la atención. «Las colas se han incrementado, pero no por 'efecto llamada' alguno, sino porque se dan pocas citas en horario limitado, sin posibilidad telemática y con pocos recursos. Y la culpa no es del solicitante de asilo», añaden.