Gorgui Lamine Sow, el héroe sin papeles que salvó la vida a un vecino de Dénia atrapado en su casa en llamas, quiere que su hija Ndeye, de 7 meses, crezca en el país que ha nacido, que es España. Este inmigrante senegalés de 20 años aterrizó en Madrid (llegó de Argentina, donde había estado viviendo unos meses) el 20 de agosto de 2017. Su hija y la de su novia, Gana Gadiaga, también senegalesa, vino al mundo en el hospital universitario 12 de Octubre el pasado 25 de abril. La madre solicitó para la niña la residencia de larga duración. La pequeña goza de este derecho que no tienen sus padres. Ndeye les permite apelar al arraigo. Es otro argumento que se une al excepcional del heroico rescate. Gorgui y Gana, que tienen Libro de Familia expedido en el Registro Civil de Madrid, quieren vivir con todas las de la ley en el país en el que ha nacido su hija.

Mientras, la Delegación del Gobierno en Valencia ya está estudiando si esta familia cumple las «circunstancias excepcionales» de autorización de residencia que se recogen en el Reglamento 4 de la Ley orgánica 4/2000 sobre los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. El Ayuntamiento de Dénia ya ha sondeado esta posibilidad al trasladar a la subdelegación del Gobierno en Alicante que el joven senegalés, al rescatar a Álex Caudeli, de 39 años y que sufre movilidad reducida (no puede caminar), del fuego que devoraba su casa, realizó una acción de «interés público» y colaboró con la policía.

La Delegación del Gobierno en València aclaró ayer que, antes de Dénia pidiera por escrito que se estudiara la regularización de Gorgui y su familia, ya estaba analizando este caso. Incluso el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, preguntado por la posibilidad de darle los papeles al héroe de Dénia, ha aludido a que, efectivamente, la ley prevé «criterios excepcionales» para regularizar a inmigrantes.

Desde la Asociación de Ciudadanos Senegaleses de Gandia, ciudad en la que reside Gorgui y su familia, indicaron ayer que este joven senegalés lleva tiempo intentando conseguir la residencia. Incidieron en que necesitaba acreditar que tenía un contrato laboral de un año de duración y presentar un informe de arraigo. Lo primero era el escollo imposible de superar.

La familia está atrapada en el mismo círculo vicioso que otros inmigrantes sin papeles. No pueden demostrar el «arraigo laboral» que se les exige. Están abocados a ganarse la vida con trabajos sumergidos y precarios. Gorgui coge todos los días el autobús junto a su novia y su bebé y acude a Dénia a vender por las calles artesanía de Senegal (llaveros con pequeñas tallas de elefantes y ranas y pulseras, básicamente).

Y fue una suerte para Álex que este joven senegalés se dedique a un oficio ambulante. Gorgui Lamine vio humo y no lo dudó. Acudió corriendo a ayudar. Trepó por la fachada hasta el balcón de la vivienda de la calle Port de Dénia en la que un vecino había quedado atrapado al desatarse un incendio. Le dio la mano para sacarlo, pero Álex le dijo que no podía caminar (está enfermo y para moverse se ayuda de un andador). Gorgui se lo cargó a la espalda y lo sacó por el balcón. Otros vecinos de la calle acudieron con una escalera de madera y les ayudaron a bajar.

El inmigrante se lavó las manos en la casa de una residente y se marchó. Le esperaban su mujer y su hija para coger el autobús de vuelta a Gandia.