Javier Solana entra sonriente en la sala donde le esperan los periodistas, a quienes saluda cálidamente invitándoles a ocupar las primeras filas, completamente vacías. Antes de abandonar la estancia, los saludará afectuosamente uno por uno.

Con su hablar lento y pausado, el exministro, exsecretario general de la OTAN y presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, fue el encargado ayer de pronunciar el nombre de Rafael Nadal, a quien este año el jurado ha decidido entregar el Premio de Convivencia que convoca la Fundación Manuel Broseta en su 28ª edición, por su «solidaridad con los más vulnerables» y por «hacer del deporte y la educación una auténtica escuela de convivencia».

«Un español universal, referente de deportividad, integridad, fuerza, esfuerzo, humildad, superación y ejemplo personal, tanto en la victoria como en la derrota», describió Solana a Nadal al leer el veredicto, que se hizo de rogar y se falló en la sede de la patronal de empresarios en València.

El reconocimiento se produce un mes después de que la fundación creada por el tenista mallorquín haya puesto en marcha un centro social para menores en situación de vulnerabilidad en Natzaret, uno de los barrios valencianos con mayor tasa de personas en riesgo de exclusión, que brinda un programa complementario a la formación escolar basado en el deporte como herramienta de inclusión.

Solana ha ejercido este año de presidente de un tribunal de excepción integrado por el conseller de Política Territorial, Arcadi España; el presidente de la diputación, Antoni Gaspar; la diputada en el Congreso Edurne Uriarte y la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, junto con la decana del Colegio de Abogados de Valencia, Auxiliadora Borja; el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro; el notario Ubaldo Nieto; la periodista Isabel Durán y la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Consuelo Ordóñez. Nadal, que ocupa la primera posición del ranking ATP, se erige así en el primer deportista objeto del galardón en sus 28 años de historia. La entrega tendrá lugar previsiblemente el 14 de enero, víspera del aniversario del atentado etarra que acabó con la vida de Manuel Broseta. El tenista recogerá el testigo del Rey Felipe VI, reconocido en la última edición del Premio de Convivencia.

En anteriores convocatorias fueron distinguidos el propio Solana, la Societat Civil Catalana, Felipe González, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, Malala Yousafzai, la doctora Pilar Mateo, la reina Sofía, Mijail Gorbachov, Nicolás Sarkozy, el rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez y el teniente general Gutiérrez Mellado.

Comparaciones odiosas con ETA

En su breve comparecencia ante los medios, el exministro socialista no eludió las preguntas sobre cuestiones de ámbito general, aunque fue muy escueto en sus reflexiones. Preguntado por las declaraciones en las que la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, equiparó ayer el momento político y la negociación que está llevando a cabo Pedro Sánchez con «la época negra de ETA, cuando pegaba tiros, mataba, asesinaba y reclamaba una negociación política», Solana tachó de «odiosas» y «un despropósito» este tipo de comparaciones y pidió a los líderes de los partidos políticos «respeto en su vocabulario» hacia los españoles y las víctimas, para evitar la banalización del terrorismo.

Solana coincidió en el jurado con la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Consuelo Ordóñez. «Hablando esta mañana [por ayer] con ella nos decía que esta manipulación que se está haciendo, incluso desde el partido al que ha pertenecido, no la puede entender y es realmente muy dolorosa para ella», señaló el exportavoz del Gobierno con Felipe González, para quien las equiparaciones del estilo «no son en absoluto pertinentes».