Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Estrategia

Puig aparca la reforma constitucional por una vía federal "pragmática"

El jefe del Consell pasa a defender alternativas para profundizar en el papel territorial del Senado a la espera de un contexto favorable a modificar la Carta Magna - Propone activar el debate anual de presidentes y la comisión de comunidades

El juguete alicantino centra la campaña "El nadal es valencià"

Cuestión de pragmatismo. Si se analizan los últimos mensajes de Ximo Puig sobre la cuestión federal, la reforma de la Constitución ha dejado paso a una propuesta posibilista, que pasa por evolucionar el Senado. El objetivo es desarrollar todas las potencialidades territoriales de la Cámara Alta, para lo que no es necesaria la modificación de la Carta Marga, una meta hoy muy lejana, cuando ni siquiera hay mayorías fuertes para formar Gobierno en España, admiten en el entorno del president de la Generalitat.

Puig considera que existen cuatro elementos, como mínimo, alrededor del Senado que ya podrían ser desarrollados para conseguir una mayor federalización del Estado.

Uno de ellos es el debate anual que el reglamento de la Cámara Alta prevé entre el presidente del Gobierno y los mandatarios de las 17 autonomías, y que hasta ahora no ha tenido una aplicación práctica. Vinculada a esta posibilidad estaría la regulación de la Conferencia de Presidentes autonómicos para que se celebre periódicamente (una opción sería convocarla dos veces al año). La sede de este órgano es el Senado.

La celebración ordenada y calendarizada de conferencias sectoriales, con los consejeros de cada ramo, sería una tercera medida. Y la cuarta es el desarrollo de la comisión general de las comunidades autónomas, que en teoría debería tener un protagonismo principal en el funcionamiento de la Cámara, pero que en la práctica está adormecida y con un ritmo de convocatorias bajo mínimos. Puig pidió comparecer en ella hace casi dos años para exponer la situación de infrafinanciación de la Comunitat Valenciana y no prosperó. La intención es volver a intentar ahora esta intervención.

Fuentes de Presidencia rechazan que la nueva hoja de ruta suponga moderar el discurso federal. Sería dotarlo simplemente de una dosis de pragmatismo.

Un baño de realismo

La pretensión es avanzar transitoriamente en una mejor organización de los territorios y de su relación con el Gobierno. La postura viene a ser un baño de realismo, puesto que parte de la asunción de que no se dan las condiciones (y no es previsible que se den a corto plazo) para una reforma federal de la Constitución, que continuaría siendo la meta.

Puig tiene previsto reunirse en breve con los senadores socialistas valencianos con la intención de profundizar en las medidas para que esta vía federal pragmática pueda ir adelante. Con posterioridad, planea un encuentro con todos los senadores por la C. Valenciana, incluidos los de PP y el de Compromís.

El líder del PSPV es el principal aliado entre los dirigentes autonómicos con el que cuenta Pedro Sánchez en la cuestión territorial. Puig es un predicador convencido del discurso federal como arma ante la crisis territorial. Es el argumento que el presidente del Gobierno en funciones ha puesto en primera línea durante las negociaciones con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para la formación de Gobierno. La solución posibilista que ahora plantea el president valenciano abre la puerta a alternativas menos drásticas para Sánchez que la reforma constitucional. Es una herramienta que el secretario general del PSOE puede activar en los próximos meses y que permitiría avances federalistas sin ir a la confrontación directa tampoco con el PP.

Con la negociación con ERC como telón de fondo y la presión de la extrema derecha, que ofrece recentralización frente a avances autonomistas, la posición del PP ante las propuestas federales está siendo más dura de lo que fue en el pasado, cuando el propio Puig ya las planteó. Se vio en el acto del pasado día 6, fiesta de la Constitución, cuando el presidente de la Diputación de Alicante, el popular Carlos Mazón, salió con todas las armas a levantar la voz contra el proyecto de reforma federal de la Carta Magna que enarboló el jefe del Consell, si bien ya puso en juego entonces que se podía avanzar en la transformación del Senado.

Al margen de la clave interna de aquellas declaraciones de Mazón asumiendo la principal voz del PP en ausencia de Isabel Bonig, es claro que el partido de Casado ha convertido la oposición al proyecto federal en uno de sus argumentos claves de acción política.

Bonig insistió ayer mismo en ello. Y subiéndose a las posiciones más radicales dentro del partido, al sumarse a la comparación que realizó Cayetana Álvarez de Toledo entre el conflicto catalán y el vasco. «Recuerda a la época negra de ETA, cuando pegaba tiros, mataba, asesinaba y reclamaba una negociación política porque había un conflicto político», dijo en las Corts. «En Cataluña no hay un conflicto político», remarcó. Y urgió a Puig a mantener la postura de los barones críticos con Miquel Iceta, como Javier Lambán (Aragón) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha).

Compartir el artículo

stats