Uno de cada tres partos que se registraron en los hospitales valencianos el año pasado fue por cesárea, en concreto el 29,67 %. La cifra, recogida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en sus datos definitivos de 2018, es la más alta de toda España (la tasa media nacional es del 25,43 %) y pone a la sanidad valenciana en el dudoso podio de hacer más cesáreas que nadie.
Dudoso porque los propios profesionales ya determinaron en 1985 -auspiciados por la propia Organización Mundial de la Salud, OMS- que la tasa «ideal» de cesáreas debía oscilar entre el 10 y el 15 % y no más, en pro de un parto naturalizado y más respetuoso ya que no está demostrado que la intervención quirúrgica que supone la extracción del feto por vía no vaginal sea beneficiosa (más bien al revés) si no hay indicación médica. En la C. Valenciana y, pese a estas consideraciones, la tasa recomendada se duplica.
Las cifras definitivas de 2018 del INE hablan de 37.348 partos en toda la C. Valenciana, de los que 11.083 fueron por cesárea. El instituto tiene en cuenta ahí tanto los partos en hospitales públicos como en las clínicas privadas que, a la vista de la comparativa de las cifras, estarían tirando hacia arriba el porcentaje de cesáreas realizadas.
El tirón de las privadas
Así se desprende, por ejemplo, de las estadísticas internas de la Conselleria de Sanidad que recogen los datos de partos y cesáreas de 2018 pero solo de los hospitales públicos o que están bajo gestión privada pero no de los privados. Según estos datos, los hospitales públicos acogieron el año pasado 29.205 de los 37.348 partos totales y aquí la tasa de cesáreas bajaría hasta el 24,02 %, más de cinco puntos por debajo del porcentaje total.
Desde la Sociedad Valenciana de Ginecología y Obstetricia, su presidente Antonio Cano, reconoce que en esa tasa final de cesáreas en la Comunitat Valenciana rondando el 30 % tienen mucho que ver las clínicas privadas. «Creo que hay un poso muy importante del factor privado», aseguró ya que «aunque no tenemos datos concretos es algo que pasa en otras comunidades con una tasa alta de actividad privada, como Cataluña».
El por qué se hacen más cesáreas en la privada hay que buscarlo, entre otras razones, en la conveniencia de los equipos por concretar una fecha para el parto «por cuestión de los profesionales que tienen unos equipos más reducidos pero también, no lo olvidemos, por conveniencia de las madres y las familias que muchas veces lo piden», apunta el experto.
El desglose por hospitales públicos de la Conselleria de Sanidad deja también varios centros con porcentajes de cesáreas que superan, a veces ampliamente, la media española y duplican o casi duplican el límite del 15 %, en concreto ocho: el hospital de Castelló; La Fe, el General de Valencia; Hospital de Dénia; Hospital d'Ontinyent; H. Alcoi; Hospital de la Marina Baixa y Hospital de Sant Joan en Alicante.
Destaca, de entre todos, el Hospital General d'Ontinyent. Es donde menos partos se atendieron en 2018, 178 en total, pero donde la tasa de cesáreas fue la más alta: cuatro de cada diez (el 41,48 %). Además, en centros como el hospital de Alcoi, Virgen de los Lirios, la tasa es del 30,03 % según los datos de la Conselleria de Sanidad.
En algunos casos, la explicación a estas cifras viene, simplemente, por el perfil técnico de los hospitales: cuanto más grandes y más especializados como el caso de La Fe, es más fácil que su porcentaje de cesáreas por partos sea más elevado porque allí se derivan, por ejemplo, todos los partos de riesgo y, entre ellos, los múltiples que normalmente se hacen por seguridad a través de cesárea.
Con todo, el presidente de la Sociedad Valenciana de Ginecología apuesta por trabajar para rebajar estos porcentajes al recordar que «si no hay indicación médica, no se debería optar por la cesárea. Tenemos que repensar muchas cosas a nivel de sociedad pero también profesional y mejorar esos porcentajes», aseguró.
«Riesgos a futuro»
La OMS recuerda las posibles consecuencias negativas para la salud maternoinfantil de las cesáreas no indicadas ya que, según aseguran «como en cualquier otra cirugía, la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden perdurar por muchos años después de la intervención y afectar a la salud de la mujer, y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro. Estos riesgos son mayores en las mujeres con escaso acceso a una atención obstétrica integral».
Asimismo, y cada vez más, la comunidad internacional está apostando por revisar la tasa recomendada en 1985, preocupación también mostrada desde la Sociedad Valenciana de Ginecología. «Está claro que estos porcentajes no se pueden sostener pero ya se han hecho revisiones y se está viendo, con estudios que engloban los datos de 56 países, que la tasa de cesáreas que se ajusta con las tasas más bajas de mortalidad materna y neonatal estaría en torno al 19 %», según su presidente.
