Alcaldes, empresarios y expertos coincidían ayer en el Foro Ciudades y Espacios Sostenibles, organizado por Levante-EMV e Intu Mediterrani, que el desarrollo económico «solo puede serlo si es sostenible ambientalmente». Además, debe repercutir en todas las clases sociales con la colaboración pública y privada como eje fundamental. En ese punto, el alcalde de Alfafar Juan Ramón Adsuara, admitía que «empresas y comercios ganan la batalla de la sostenibilidad a las administraciones, que somos más lentas». Y reflexionaba sobre la necesidad de un liderazgo político «como única forma de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible». En la misma línea se expresaba Sandra Gómez, vicealcaldesa de València, que lanzaba: «Ser verde ya no es una opción, es una cuestión de supervivencia».

Con la ecología y la tecnología como los grandes desafíos del siglo XXI, las ciudades son el escenario para un crecimiento respetuoso con los recursos del planeta, tal como reclama Naciones Unidas con el horizonte 2030. Así, José Antonio Sagredo, alcalde de Paterna, comentaba: «Todo lo que no sea adaptar las ciudades será un fracaso». «En Paterna tenemos el Plan de Urbanismo de 1990 y si no trabajamos con la Industria, la Universidad y la Administración Pública volveremos a fracasar», argumentaba. «La planificación debe implicar además a la sociedad y a las empresas», señalaba.

Paterna, con un gran suelo industrial y un volumen de población activa, no quiere renunciar a otras vertientes como el turismo, tal como remarcaba Sagredo. «En Paterna tenemos el Plan Actúa, en el que cualquier actividad que se implante debe someterse a unos requisitos», argumentaba, para acto seguido espetar al público: «¿Quién soy yo para decir que no a un proyecto que va a crear empleo y dinamizar el turismo?». Se refería a la instalación del megacentro comercial Intu Mediterrani en el paraje de La Mola. «No me siento capaz para decir que no a algo que va a generar economía y va a vertebrar el territorio. El proyecto va a conectar la ciudad. Es sostenible, si no, no se adoptaría en Paterna», esgrimía.

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Foro Ciudades y Espacios Sostenibles organizado por Intu y Levante-EMV

Sandra Gómez, por su parte, abogaba por impulsar «un modelo de desarrollo innovador e inteligente que genere empleo y altos salarios», aunque matizaba: «Sería un error que esa riqueza solo se quedase en algunos barrios». «La sostenibilidad no puede ser siempre a costa de las clases trabajadoras. Nuestro modelo debe ser igualitario, inteligente y sostenible», relataba. Y puso como ejemplo la controvertida ampliación del puerto, «cuyo desarrollo no puede ser a toda costa». «El debate no es puerto sí o no, porque es un punto estratégico. La Declaración de Impacto Ambiental debe revisarse por técnicos e ingenieros, no hay que tenerle miedo a que el desarrollo del puerto cuente con esta revisión», insistía. Para la socialista es fundamental «no hablar de ser una ciudad más grande, sino ser mejor ciudad». «Deben contemplarse opciones como el acceso de camiones, la afección a las playas y el litoral. Todo esto tiene que estar bien resuelto», señalaba.

Adsuara, mientras, echaba la vista atrás para recordar la instalación de la multinacional Ikea en su término municipal. «La zona comercial está dentro del Prug donde ha crecido desde el punto de vista de la sostenibilidad y la movilidad, ajustándose a los ODS», aseveraba. Adsuara explicaba que cuando las autoridades municipales deciden llevar a la práctica acciones sostenibles, «la ciudadanía se te echa encima». Y aprovechaba para recordar que Alfafar está tan solo a 5 km de València, pero la comunicación es «precaria». «No tenemos ni acceso a los hospitales. La movilidad sostenible es uno de los mayores retos», reiteraba.

«Ciudades para las personas»

Jorge Ponce, arquitecto y director de Broadway Malyan, abogaba por un nuevo paradigma urbanístico. «Hay que dar prioridad al uso mixto de la movilidad: transporte público, colaborativo y micromovilidad. Permitirá que nos liberemos de aparcamientos y del número de coches, así como reducir las calzadas y devolver la ciudad a las personas», defendía Ponce. Con una concepción nueva de las zonas comerciales donde primen los espacios abiertos, las áreas verdes y los exteriores diseñados «como equipamiento verde para la ciudad, sobre el cual se construye la oferta comercial del territorio». «De qué depende que un proyecto sea sostenible, de la voluntad de hacerlo», se respondía a sí mismo.

Javier Torralba, director de Breeman España y Gonzalo Anguita, director ejecutivo de Forest Stewardship Council, respectivamente, coincidían al señalar la importancia de conciliar intereses ambientales, económicos y sociales con certificaciones que acrediten su sostenibilidad. Antonio Olmedo, miembro de la CEV y presidente de Aprova, era muy claro al recordar que sin crecimiento económico no se puede hablar de ciudades sostenibles. «Si no hay empresas no hay posibilidad de dar coberturas sociales. Sin empleo y sin trabajo, no hay nada», señalaba a un público entre el que se encontraba Ismael Sáez, secretario general de UGT País Valencià, Luis Sendra, decano del colegio de arquitectos de la Comunitat Valenciana y Pau Villalba, relaciones externas de Mercadona en la CV.