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Exorcistas de medio mundo se conjuran en secreto en un municipio valenciano

Medio centenar de sacerdotes participan en un curso sobre el ministerio del exorcismo para compartir experiencias sobre posesiones

Exorcistas de medio mundo se conjuran en secreto en un municipio valenciano

El "Curso Fundamental sobre el Ministerio del Exorcismo" ha sido organizado por la Asociación Internacional de Exorcistas y ha reunido a religiosos de diversas diócesis españolas y del continente americano, según detallan desde la propia agrupación. A la cita han acudido experimentados clérigos en la lucha contra supuestos ataques satánicos y también aquellos que se están preparando para desarrollar ese ministerio sacerdotal. Aunque no ha trascendido qué párrocos alicantinos han participado en el congreso, si es que ha acudido alguno, sí se puede afirmar que el obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, ha presidido la eucaristía inaugural del evento, tal y como corroboran a este diario desde la cúpula diocesana. Matizan, eso sí, que la Diócesis como tal ni ha organizado el congreso ni se ha tratado de un evento diocesano ni se ha celebrado en un emplazamiento diocesano.

El enigmático encuentro de clérigos especialistas en la práctica del exorcismo se ha desarrollado en un rincón de la Vega Baja alejado de miradas morbosas, una finca que garantiza discreción para abordar un misterio que despierta la curiosidad de muchos pero se combate con el mayor de los sigilos. Se trata del Centro Maristas Guardamar, perteneciente a la institución Hermanos Maristas Provincia Mediterránea. Está formado por un complejo de edificios flanqueados por una densa pinada con vistas al mar que ofrece alojamiento y servicio de restauración a sus visitantes desde hace un cuarto de siglo. Dispone de diferentes tipos de alojamiento, diversas aulas de trabajo, extensas zonas ajardinadas, instalaciones deportivas, piscina o capillas para ceremonias religiosas, según se explica en su página web.

Nadie explica exactamente porqué este municipio del sur alicantino ha sido la ubicación elegida para celebrar un congreso de estas características, ajeno en todo caso a la organización marista en sí misma. No obstante, desde la citada institución religiosa confirman que, efectivamente, fue allí donde el grupo de sacerdotes alquiló las instalaciones entre el 22 y el 28 de septiembre y, por ende, se conjuró para seguir luchando contra supuestas fuerzas paranormales que contradicen cualquier precepto basado en la ciencia.

Derecho canónico

La formación relacionada con la identificación de los signos que permiten reconocer supuestas posesiones satánicas, y el aprendizaje de los ritos que ayudarían a expulsar los demonios y liberar las almas de los poseídos, corrió a cargo del presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, Francesco Bamonte, y dos sacerdotes exorcistas, Piermario Burgo José María Moriano. Fue en junio de 2014 cuando la Congregación para el Clero del Vaticano reconoció jurídicamente a esta asociación internacional de fieles a partir de un decreto aprobado en base al artículo 322.1 del Código de Derecho Canónico. Así lo recogió en su día el rotativo "L'Osservatore Romano", oficial de la Santa Sede, y fue reproducido después por numerosos medios de comunicación de medio mundo.

La idea de englobar a los exorcistas en una asociación surgió en la década de los 80 de uno de los exorcistas más célebres del mundo, el padre Gabriele Amorth. El objetivo primario de esta agrupación era el de celebrar reuniones en las que compartir experiencias y reflexiones para así poder ayudar de un modo más concreto y eficaz a las personas que recurrían a ellos. Y ese fue, precisamente, uno de los propósitos del curso celebrado en Guardamar, compartir conocimientos y vivencias entre sacerdotes dedicados a este ministerio cuyas armas son la oración, el agua bendita y los crucifijos.

"En un ambiente de fraternidad y oración, la finalidad del curso ha sido proporcionar una adecuada formación católica en los aspectos doctrinales, litúrgicos y pastorales de este «delicado y necesario ministerio» (Papa Francisco, 17 de marzo de 2017), siguiendo las orientaciones aprobadas por la Congregación para el Clero y revisadas por las Congregaciones para la Doctrina de la Fe y para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos", sostienen desde la entidad organizadora en un comunicado publicado en su página de internet.

Desde la Asociación Internacional de Exorcistas destacan que "en la situación actual de creciente difusión del esoterismo, ocultismo y satanismo, los sacerdotes exorcistas son llamados por el Papa Francisco «buenos samaritanos para aliviar y curar las heridas causadas por la obra del Maligno, el cual presente de diversas formas en la vida de tantas personas, les hace dramática y más fatigosa la existencia cotidiana» (20 de septiembre de 2018)". Y concluyen que "los participantes agradecieron este Curso y manifestaron el ánimo y la sólida formación recibida para continuar su servicio, en plena comunión eclesial, llevando la alegría de la esperanza en Jesucristo que «se manifestó para deshacer las obras del diablo» (1 Jn 3,8) y traer la paz de su misericordia".

Designados por un obispo

La actividad de los exorcistas autorizados por la Iglesia para combatir a satanás se ha desarrollado históricamente de una forma del todo discreta. Aunque se trata de una práctica reconocida en el Derecho Canónico y concebida como un derecho de los feligreses, supone un aspecto controvertido dentro y fuera de la curia. Se trata de rituales que sólo pueden ser dirigidos por sacerdotes designados expresamente por el obispo de su diócesis a través de un texto litúrgico, el Rituale Romanum, de 1614, que fue actualizado durante el papado de Juan Pablo II para ser adaptado a los cambios que introdujo el Concilio Vaticano II.

La Iglesia tiene en cuenta varios signos que determinarían con claridad si una persona está siendo dominada por el señor del infierno. Grosso modo, podría decirse que muchas de esas señales corresponden con lo que se puede ver en películas como "El Exorcista", dirigida en 1973 por William Friedkin, aunque en esa ocasión llevadas al extremo. Mantener aversión hacia lo sagrado, evidenciar una fuerza sobrehumana o capacidad de hablar lenguas muertas o, en todo caso, desconocidas para el poseído, serían algunas de las señales que identificarían a una persona endemoniada.

No se sabe a ciencia cierta cuántos clérigos católicos están entrenados en España para ayudar a supuestas personas poseídas, aunque las prácticas relacionadas con exorcizar a presuntos endemoniados existen. De hecho, agrupaciones religiosas de todo el mundo organizan cada año diferentes congresos y cursos formativos relacionados con una materia que, en ciertas ocasiones, se ha visto envuelta en polémicas. Una de las últimas ocurridas en España fue la sucedida con una joven burgalesa que fue sometida a varias sesiones de exorcismo cuando era menor. Los rituales tuvieron lugar en Valladolid, a instancias de sus padres y con un exorcista "legítimamente nombrado" por su obispo tras un intento de suicidio de la joven. El asunto se conoció a raíz de la denuncia de un grupo de familiares por las lesiones y secuelas que, según aseguraron, padecía la chica como resultado de los rituales. Aunque se iniciaron dos procedimientos judiciales, ambos quedaron archivados.

En territorio nacional existen sacerdotes que forman parte del ejército que lucha contra satanás que han sido habituales de los medios de comunicación para abordar el asunto de los exorcismos. El más mediático es sin duda José Antonio Fortea, el rostro más visible de esta práctica en España y autor de numerosos libros relacionados con las intrigas de exorcismos, exorcistas y exorcizados. Sacerdote y teólogo, está especializado en el campo relativo al demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno. En 2015 se doctoró en el Ateneo Regina Apostolorum de Roma con la tesis "Problemas teológicos de la práctica del exorcismo". Pertenece al presbiterio de la diócesis de Alcalá de Henares y ha escrito distintos títulos sobre este tipo de fenómenos paranormales. Su obra más conocida se titula "Summa Daemoniaca, tratado de demonología y manual de exorcistas" y está considerada por muchos el tratado más completo sobre demonología que existe actualmente en la Iglesia católica.

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