La administración número 113 de València estuvo a punto de repartir varios millones de euros. Porque el Gordo de Navidad fue el 26.590, si. Pero el destino pudo sonreir a otro número, el que Noura Akrouh pronunció inmediatamente antes que el ganador.

Es la bola que tuvo prisa por salir y que no se sincronizó con la del premio, la del "cuatro millones de euros" por apenas un suspiro, un milímetro. Las bolas cayeron como cayeron al embudo tras girar los bombos antes de la empezar la primera tabla y así quedaron ya dispuestas. Ya no había vuelta atrás. El destino quedaba marcado ya de forma irremediable y tanto la bola que sale antes, como la que sale después, están condenadas a conformarse con una pedrea.

El gordo es el 26.590. Pero tener el 26.589 o el 26.591, el anterior y posterior, no supone necesariamente haber estado "a punto" de conseguir el gran premio. De hecho, tan sólo una administración de Madrid, Doña Manolita, vendió una parte del acabado en 90 y en 91. Entre otras cosas, porque despachan miles y miles de números. El resto pertenecen a ciudades y administraciones que nada tienen que ver. Y aún así se llevarán un buen pellizco: 2.200 euros por décimo por ser el "anterior y posterior". Aunque se vendieran a cientos de kilómetros. Por ejemplo, en Mislata, donde se despachó una parte del posterior, el acabado en 91.

Por contra, quien sí que estuvo "a punto" de verdad de ser el Gordo fue el número despachado en Castellar (además de en Gijón, Granada, Ibiza, Madrid y otras ciudades). Sus compradores recibirán apenas 100 euros cuando pudieron ser 40.000.

Le decimos a su administradora el número en cuestión y lo comprueba: efectivamente, una parte se ha vendido allí. Y los suficientes décimos como para estar hablando de millones de euros. La responsable de la administración sabe perfectamente donde y a quien se vendieron. "¡No me digas! Ya es mala suerte!" comenta con un punto de desazón, sabedora que el destino ha pasado por delante de su puerta y le ha sido esquivo por apenas nada.

La administración ya cuenta con un tercer premio de un sorteo ordinario, pero vender una parte del Gordo habría sido un espaldarazo espectacular. "A ver si el próximo año, que cumplimos veinte".