Durante estos últimos días el viento ha sido el principal protagonista del temporal que ha recorrido gran parte del país. En algunos puntos de la península, como el aeropuerto de Bilbao, se han tenido que cancelar vuelos o desviarlos a otras ciudades por las fuertes rachas de viento. Y en otros municipios del País Vasco se han llegado a registrar velocidades superiores a los 150km/h. A pesar de lo vertiginosos que puedan parecer, estos datos se quedan lejos de los récords de viento que se han producido a lo largo de la historia. El mayor conocido se produjo en 1996. Debido al paso del ciclón tropical Olivia, una estación meteorológica de la Isla Barrow (Australia) registró una velocidad de 408km/h. Sin duda fenómenos tan adversos como los ciclones favorecen la aparición de datos tan impactantes, pero ¿Cuál es la mayor velocidad registrada sin estar causada por un ciclón? La respuesta a esta pregunta la encontramos en una particular y recóndita montaña del norte del estado de New Hampshire, en los Estados Unidos. Famoso por la imprevisibilidad de su tiempo, el Monte Washington fue testigo, la tarde del 12 de abril de 1934, de una ráfaga que alcanzó los 372km/h. Un dato que no solo sorprende por la magnífica cifra, sino porque esta particular montaña no llega a los dos mil metros de altitud. Solemos pensar que los grandes récords de la meteorología se alcanzan en las regiones más hostiles y remotas del planeta pero, en estos casos, ha sido cerca de lugares habitados. Y qué valientes quienes se han adaptado a particularidades como estas.