La demarcación de carreteras de la Comunitat Valenciana ultima con Abertis y las dos futuras concesionarias del mantenimiento de la autopista (con cargo a los presupuestos) el dispositivo para levantar las barreras en las últimas horas de 2019 y garantizar la seguridad para los primeros conductores que circulen por la autopista libre de peaje. Incluso se negocia, ya a contrarreloj, la hora exacta del fin del peaje que podría variar respecto a las 22 horas del 31 de diciembre y de la que se había informado inicialmente, según explican a Levante-EMV fuentes del Ministerio de Fomento.

El dispositivo incluirá personal de mantenimiento y responsables de conservación que, por ejemplo se aseguren de que todas las barreras quedan levantadas, además de agentes de la Guardia Civil.

Por otra parte, el secretario general de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte (FVET), Carlos García, considera la liberalización de la concesión una buena noticia tanto en relación al tráfico pesado que no utilizaba la vía por «el peaje disuasorio», especialmente en recorridos de proximidad, como al transporte internacional que sale por La Jonquera. García señala que para los entornos más próximos los camiones recurrirán a partir de enero a la AP-7 ante la posibilidad de utilizar una vía «mejor, de alta capacidad y más rápida», que además descongestionará otras carreteras como la N-340, que debería aliviarse de tráfico pesado. Habrá recorridos para los que no será aconsejable utilizar la AP-7, según García, pero una parte razonable del tráfico de camiones sí se desviará.

El ahorro de costes por no pagar el peaje se estima entre 2.000 y 2.500 euros por vehículo y mes, de un 4 a un 5 % de los costes totales para el transporte.

García ha señalado que los proyectos de nuevos accesos a la AP-7 no son fáciles de acometer y más en una legislatura con dificultades para la formación de gobierno, y habrá que ver si los accesos que se ejecutan son razonables y se adaptan a los orígenes y destinos del transporte. Ha recordado que la liberalización de las autopistas ya comenzó el año pasado con la AP-1 y seguirá con los tramos catalanes de la AP-7 a partir del 21 de septiembre.