El pulso ya abierto entre el president de la Generalitat, Ximo Puig, y el titular de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, sigue quemando cartuchos a la vez que se eleva la temperatura de la tensión entre ambos dirigentes. En este juego de ajedrez entre Alicante y València, ahora le ha tocado mover ficha a Mazón. Y ha decidido trazar un ataque con gran carga de profundidad: un fondo de cooperación municipal con una dotación cercana a los quince millones de euros al margen del fondo de cooperación que promueve la Generalitat. La Junta de Gobierno de la institución provincial, a propuesta del presidente, se reunió en sesión extraordinaria para aprobar un nuevo plan de inversiones en 2020 de casi 40 millones, que incluirá el mencionado fondo dotado con casi 15 a repartir entre todos los municipios. Movimiento que evidencia la distancia creciente entre ambas instituciones con un desacuerdo sobre este proyecto, convertido en la espita para justificar la pugna.

Todo este paquete con los mencionados 40 millones de ayudas, financiado a través de los remanentes de crédito del actual presupuesto y bautizado como Fondo de Inversión Sostenible, es una maniobra de Mazón para hacer valer el papel de la diputación frente a la Generalitat.

El proyecto se tramitaría como un anexo a los presupuestos de la diputación, con lo que ya estarían perfiladas las partidas de gasto para que los municipios concreten sus previsiones de gasto. Este programa de ayudas alimenta todavía más las desavenencias que enturbian la relación de la institución con la Generalitat.