El fin del peaje supone el cumplimiento de una reivindicación histórica al tratarse de una infraestructura que está más que amortizada y que es esencial para la vertebración de la C. Valenciana. Sin embargo, quedan en el aire varias cuestiones y muchas de ellas no se resolverán hasta que haya Gobierno.

¿Cuánto tráfico soportará el vial tras el 1 de enero?

Se ha decidido adjudicar un estudio que analizará cuál será el volumen de tráfico que soportará la carretera una vez sea liberalizada. A partir de ahí, la empresa encargada de esta tarea tiene 6 meses para llevar a cabo el informe. Es por ello que Fomento no tiene datos sobre cuáles pueden ser los tramos con más vehículos, qué porcentaje de tráfico pesado habrá, qué nivel de desgaste tendrá el firme... A falta de la llegada masiva de turismos, las bonificaciones a camiones han hecho que el tráfico en la AP7 haya crecido este año 3 veces por encima de la media de autopistas españolas.

¿Para cuándo los nuevos accesos?

Este punto está directamente relacionado con el anterior. La Conselleria de Infraestructuras propuso el pasado año la construcción de diez nuevos accesos en la autopista a su paso por la C. Valenciana para facilitar el acceso a un mayor volumen de vehículos. Pero para ello es necesario conocer los datos del estudio que todavía no se ha completado, por lo que ahora mismo esta actuación está en suspenso. De hecho, ni siquiera hay fecha para la comisión bilateral entre el Gobierno central y la Generalitat para determinar la conveniencia o no de estos nuevos accesos.

¿Cómo se financiará?

La gran pregunta. El ministro de Fomento José Luis Ábalos, ha apelado a la necesidad de llegar a un gran pacto de Estado que determine cómo afrontar este gasto, ya que al margen de la AP7 se liberan otras carreteras. Los que sí han sido explícitos son los empresarios. La patronal catalana, Foment del Treball, ha propuesto un canon de explotación para el mantenimiento que deberían asumir los conductores. También la Cámara de Alicante cree necesaria «alguna fórmula de peaje blando», ya que de lo contrario no ven viable la infraestructura, la misma opinión que mantienen desde la Cámara de Contratistas de la Comunitat. En la CEV no hay una postura común, pero reconocen que hay voces que piden establecer algún tipo de pago al usuario.

¿Necesita más recursos?

De lo que no hay ninguna duda es que el tráfico va a aumentar exponencialmente y que, en consecuencia, es más que posible que tenga más necesidades. «Tras la liberalización, el porcentaje de vehículos pesados pasará de un 9 % a un 20 %. Esto provocará que el firme se resienta, pues no está preparado para ese caudal de camiones», prevé el presidente de la Cámara de Contratistas Manuel Miñes. Esto implica un mayor gasto en mantenimiento. Desde dicha institución han alertado de que es posible que el dinero que Fomento ha consignado en este sentido sea insuficiente. Desde la patronal del transporte se ha hecho otra petición: ante el incremento de camiones, crear más áreas de descanso públicas. Esto es, que no impliquen necesariamente la entrada en un comercio. Este tipo de zonas es usual, por ejemplo, en carreteras como la AP68.

¿Qué empresa asumirá el mantenimiento?

Una carretera de estas características implica el mantenimiento de elementos como el alumbrado, la señalización, la vigilancia, el asfaltado, el cuidado de las lindes de la carretera... Con la finalización de la concesión a Aumar, se abrirá este servicio al concurso público para que concurran las empresas interesadas. La licitación se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado mes de noviembre y la adjudicación está prevista para febrero. De momento se ha adjudicado un contrato de emergencia para las tareas de mantenimiento más inmediatas.