Aunque la gratuidad de la AP-7 se adelantó a las 20 horas del 31 de diciembre, la concesión de Abertis no finalizó hasta la medianoche del último día de 2019. Y la empresa cumplió a rajatabla porque no facilitó la entrada de los operarios del Ministerio de Fomento, el nuevo responsable de la autopista, hasta pasadas las uvas.

De esta manera, Abertis a través de sus dos contratas Pavasal e Innovía fue la responsable de instalar el dispositivo para «reorientar la autovía con la playa de peaje», que ha dejado de tener uso desde la noche del pasado 31 de diciembre.

Las playas de viales como las de Sagunt o Silla se han balizado mediante la colocación de conos y luces «para crear una zona de continuidad a la entrada y la salida de los grandes peajes. De esta manera la autovía ya tendrá continuidad, lo que pasa es que habrá un estrechamiento en las cabinas de peaje del tronco», según explicó a Levante-EMV el jefe de la demarcación de carreteras del Estado en la Comunitat Valenciana, Josep Vicent Pedrola, durante la visita del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, al peaje de Sagunt, el pasado martes.

Una situación que se prevé «provisional porque en dos o tres días volveremos a remover esa situación para poder dejar libre todo el espacio que necesitamos para darle continuidad a la autovía en planta y en alzado para que no se note que aquí había algo, que sea todo un continuo para poder llegar a los 120 km/h de la autovía en esta zona».

No obstante, el plazo definitivo para que desaparezcan las playas de peaje es de siete meses. «Las barreras se desmontarán rápido», explica Josep Vicent Pedrola. Pero después está «el tema de las casetas en las que, sobre todo, las conexiones de electricidad que no se ven pero es lo que más nos costará, habrá que desmontarlas y demolerlo todo, para acometer la repavimentación y señalización. La previsión es de siete meses para acabar todas los trabajos, pero puede ser que sea antes o después. Son muchos peajes en los que hay que actuar: Siete u ocho por cada una de las cuatro provinciasque se ha vertebrado en dos contratos diferentes: uno en la zona sur, del bypass de València hacia el sur. Y otro contrato del bypass hacia el norte que comienza en el peaje de Sagunt».

Ambos contratos han tenido que adjudicarse por la vía de emergencia, tras el recurso de Abertis y varios sindicatos al pliego de condiciones para los concursos de mantenimiento de la AP-7 en las cuatro provincias que quedan liberadas del peaje.

Los dos contratos de emergencia, adjudicados a Sacyr y Matinsa, tienen dos vertientes, según explica el jefe de la demarcación de carreteras del Estado en la Comunitat Valenciana. «De una parte la conservación ordinaria, el mantenimiento, las señales, la asistencia a cualquier incidencia o accidente y las comunicaciones veinticuatro horas. La otra mitad del presupuesto se destina para hacer la recomposición de la traza de todos los peajes y alguna actuación muy pequeña de desembarco en la red secundaria de carreteras que hay que retocar, pero haremos lo más urgente ahora y ya plantearemos proyectos de más envergadura en un poco mas de tiempo», aclara Josep Vicent Pedrola.