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Investidura

Vértigo en los diputados ante la jornada decisiva

Denuncian una campaña de intimidación ante la votación en pleno discurso "involucionista" de la derecha - Pernoctan en Madrid para evitar imprevistos

La bancada socialista en pie aplaude durante el debate de investidura, el domingo. europa press

Hay sensación de jornada histórica entre los diputados valencianos del PSOE y Unidas Podemos, pero también cierto vértigo ante una votación tan ajustada como la de hoy, decisiva para la investidura de Pedro Sánchez, no tanto por el resultado en sí como por el discurso «involucionista» que se percibe desde la derecha. Varios parlamentarios consultados admiten que se respira nerviosismo y muchos de ellos han recibido en redes sociales, correos personales y e incluso teléfonos móviles mensajes amenazantes para que cambien el sentido de su voto.

«Hay una campaña organizada de presión e intimidación acusándonos de traidores, proetarras y otras barbaridades y eso es intolerable», asegura el diputado socialista Vicent Sarrià, que como sus compañeros anoche pernoctó en Madrid para evitar contratiempos ante la decisiva votación de hoy.

«Esas amenazas lo que hacen -añade Sarrià- es reforzarte en tus ideas y en el convencimiento de la necesidad de un gobierno progresista ante una derecha cavernícola que se cree con el derecho de presionar y amedrentar, haciendo llamadas al 'tamayazo' y a la antipolítica o rayando la ilegalidad con la presión que hacen a partidos como Teruel Existe», añade Sarrià.

La diputada socialista por Castelló Susana Ros también admite que hay preocupación pero más por los modos con los que se está empleando la derecha que por la votación en sí. «Es muy desagradable, nunca imaginé ver estos comportamientos; veo gestos de rabia y de odio hacia nosotros, me recuerda a lo que contaba mi familia de la guerra y la postguerra, pero eso me hace sentir más orgullosa de mi militancia en el PSOE y del momento histórico que vamos a vivir con la primera coalición progresista», añade Ros.

El también diputado valenciano Héctor Illueca, adscrito a las filas de Unidas Podemos, encara la sesión «tranquilo» y «convencido» de que la ajustadísima votación saldrá adelante. Descarta la sombra del «tamayazo», aunque censura a quienes lo alientan y advierte de «una campaña de mucho ruido» para «envenvenar el debate público» e intentar frustrar la formación de Gobierno por la «impotencia y desesperación» que, a su juicio, invaden al bloque de derechas. Illueca espera que el pleno discurra con normalidad, pero se muestra preocupado por que la bronca y la crispación de estos días puedan trasladarse a la calle. «El Parlamento tendría que ser ejemplar y nunca debería de perder la moderación en las formas y el domingo se perdieron», señala el diputado, que, pese a residir en València, pasó la noche de ayer en Madrid. «Lo fundamental es que se constituya un Gobierno compuesto por una pluralidad de fuerzas. Existe un sólido acuerdo programático para que se materialice la mayoría progresista que existe desde 2015. Lo demás es ruido», remacha Illueca.

La diputada morada por Castelló, Marisa Saavedra, habla de «miedo y vergüenza» para refererirse a lo vivido durante el fin de semana y observa a la derecha «dispuesta a todo para evitar» el Gobierno de coalición. «No respetan las instituciones, ni la voluntad popular ni la libertad de expresión», asegura Saavedra. Roser Maestro, que ocupa un escaño en la Cámara Baja por EU, también subraya la tensión en el Congreso, que atribuye al «nerviosismo» de las filas conservadoras. La parlamentaria defiende a la diputada de En Comú Podem que no pudo votar el domingo por enfermedad, tachando de «miseria y basura» a quienes la han hostigado.

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