Dieciocho días después de concluir el plazo de presentación de candidaturas, oficialmente se mantiene en el seno de À Punt el cerrojazo informativo sobre el proceso de selección de la nueva dirección general de la radiotelevisión pública, que transcurre en la más estricta confidencialidad. La actual máxima responsable del ente, Empar Marco, cuyo mandato caduca en marzo, continúa guardando silencio sobre su futuro, aunque en las órbitas políticas del gobierno valenciano se da por sentado que no se ha presentado.

Nueve candidatos confirmados registraron su proyecto de forma presencial dentro del intervalo oficial que terminó el 20 de diciembre, casi todos vinculados con À Punt o con la extinta RTVV y todos hombres: Germà Arroyo, Artur Balaguer, Alfred Costa, Pepe Crespo, Paco García Donet, Juli Esteve, Paco Picó, Pere Valenciano y Pau Vergara. Sin embargo, la posibilidad de presentar la documentación por correo alimentó la incertidumbre que ha rodeado al mecanismo de selección.

Primera fase

El proceso todavía se encuentra en la fase más primigenia de las tres programadas. La comisión de valoración ha de seleccionar un máximo de tres candidaturas adecuadas que cumplan los requisitos exigidos después de valorar los proyectos y currículums presentados.

A continuación, la elección quedará en manos del consejo rector, que evaluará más a fondo ambos documentos, cada uno de los cuales puntuará como máximo el 50% de la nota, junto a la entrevista de los aspirantes. Para imponerse en el corte, uno de ellos debería contar con el voto de al menos seis consejeros del órgano de dirección de À Punt, al requerir el apoyo de una mayoría de tres quintos. La propuesta, en ese caso, se elevaría a las Corts.

Antes de ser proclamado, el futuro director de la cadena tendría que pasar un último examen en el parlamento valenciano: necesitaría reunir el consenso de los tres partidos que componen el Botànic en la correspondiente comisión, puesto que se requiere de mayoría absoluta para su nombramiento. De no prosperar la elección, la pelota del proceso regresaría de nuevo al consejo rector. En caso de no salir adelante ninguno de los perfiles, Marco podría ver reforzada su posición y continuar de forma interina en el puesto hasta que cristalizara un nombramiento.

Otra posibilidad, según la ley, sería que Enrique Soriano -que también ha comunicado su deseo de abandonar la presidencia del consejo rector- cogiera el testigo temporalmente. Todo ello en un contexto en el que todos los partidos comparten la urgencia de reformar la ley para eliminar las duplicidades societarias, los agujeros y los fallos que contribuyen a obstaculizar el despegue de À Punt.

El proceso podría desembocar en un nuevo choque entre los socios del Consell, habida cuenta de los nexos que mantienen varios de los aspirantes confirmados con el PSPV, ninguno de los cuales acaba de contentar del todo en Compromís, coalición en cuya órbita se asentó la elección de Marco.