Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Estudio

Un informe constata el callejón sin salida del déficit autonómico

Fedea sitúa a la Comunitat Valenciana y Murcia entre las comunidades con los peores saldos estructurales y apunta a ajustes del 1 % del PIB

Un informe constata el callejón sin salida del déficit autonómico

Un nuevo informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) sitúa otra vez a la valenciana en la lista negra de las comunidades con peores resultados presupuestarios en el periodo (2004-2018). En esta ocasión, el estudio se centra en el déficit estructural, es decir, aquel que no depende del ciclo económico y que Fedea considera debería usarse «para valorar la gestión presupuestaria de un Gobierno».

En términos generales, el informe firmado por la investigadora de Fedea Carmen Martín González concluye que el conjunto de las comunidades no logró mejorar en cuatro años el déficit estructural y que si este no se ha disparado es precisamente por la mejora de los ingresos provenientes de la bonanza económica.

Así, según los cálculos del que pasa por ser el laboratorio de ideas económicas que dirige Ángel de la Fuente, las comunidades arrojaban en 2004 un saldo estructural negativo del 0,3 % del PIB. Este déficit fue acentuándose en los años siguientes para terminar en el 0,3 % en 2018. Esfuerzo cero, concluye Fedea.

Ahora bien, el esfuerzo no fue heterogéneo en toda España. Algunas regiones como Cataluña y Canarias destacan, según Fedea, por los ajustes realizados, mientras que otras como la Comunitat Valenciana y Murcia presentaron los mayores déficits, de tal manera que todavía tienen pendiente de ajustar sus cuentas en más de un punto porcentual del PIB, lo que supone más de mil millones.

El informe, que no entra en detalles sobre la situación financiera de cada comunidad, viene a constatar lo ya conocido: que el Consell vive atrapado en el déficit, un desfase entre ingresos y gastos que solo podría reducirse por dos vías. La primera, la deseada, pero que no depende del Ejecutivo, es la reforma del modelo de financiación autonómica que acabe con la infrafinanciación histórica y, la segunda, apuntada por Fedea, con medidas contundentes de ajuste.

Faltan esfuerzos

Fedea echa en falta esfuerzos de consolidación fiscal. No habla expresamente de recorte en el gasto, aunque, sin cambio en la financiación, reducir el gasto es el único camino posible al que de forma reiterada se niega el Botànic al considerar que supondría una injusta merma para los servicios públicos. Un callejón sin salida.

Así, la evolución del déficit estructural en la Comunitat Valenciana ha sido negativa, según los cálculos de la fundación. Arrancó en 2004 con el 1 % del PIB y terminó en un 1,5 %. El mejor año fue 2015 con un saldo negativo del 0,9 %. La Comunitat Valenciana y Murcia (con un déficit de 1,2 % en 2004 y un 1,4 % cuatro años después) son objeto de mención en el informe: «Aunque existen comunidades autónomas con las cuentas estabilizadas en términos estructurales, otras como la C. Valenciana y Murcia, tienen todavía pendiente ajustar sus cuentas en más de un punto porcentual del PIB».

Fedea insiste en la importancia de descomponer el saldo presupuestario y distinguir entre el saldo cíclico (que depende del ciclo de la economía) y un saldo estructural, ajeno a los vaivenes económicos y que sería «el mejor indicador de la posición fiscal de la economía». En el caso valenciano, la evolución del saldo cíclico fue positivo para la C. Valenciana al pasar de un déficit de 1,2 % del PIB a un superavit del 0,2 % en 2018. El saldo estructural se obtiene como la diferencia entre el saldo presupuestado observado y el saldo cíclico.

Fedea insiste en que el componente estructural del saldo supone «una carga para las generaciones futuras y es el que debería utilizarse para valorar la gestión presupuestaria de un Gobierno que se considera que se encuentra bajo su control».

Compartir el artículo

stats