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Transportes

El Pacto de Murcia cumple 19 años sin el AVE regional en marcha

Solo la capital murciana espera la llegada de la alta velocidad tras casi dos décadas del acuerdo que decidió el trazado a València, Alicante y Castelló

Bono, Álvarez Cascos, Valcárcel, Zaplana y Gallardón explican el acuerdo el 8 de enero de 2001. EFE/J.F.Moreno

El Pacto de Murcia cumple hoy diecinueve años. Es el acuerdo alumbrado el 8 de enero de 2001 en el que el ministro de Fomento (entonces Francisco Álvarez Cascos, del PP) y los presidentes de las comunidades autónomas implicadas (Eduardo Zaplana, José Bono, Alberto Ruiz Gallardón y Ramón Luis Valcárcel), planificaron el trazado del tren de alta velocidad entre Madrid y la Comunitat Valenciana. Probablemente, el corredor de alta velocidad más complejo a la hora de diseñar para contentar todas las sensibilidades implicadas y de espíritu radial, que obviaba las conexiones transversales con Cataluña. Hace diecinueve años el corredor mediterráneo también era una entelequia que sólo era reivindicado en las páginas de Levante-EMV.

Las negociaciones a cinco bandas para dar a luz el Pacto de Murcia no fueron fáciles, especialmente por las exigencias de Castilla-La Mancha que exigió, y logró, incluir en el trazado las tres capitales de provincia que aún no tenían conexión de alta velocidad (Toledo, Cuenca y Albacete). El presidente castellano-manchego incluso logró imponer en la declaración oficial del acuerdo una disposición que favorecía a Albacete. «En atención a la situación estratégica de la ciudad de Albacete como nudo de comunicaciones ferroviarias, ninguno de los tramos entrará en servicio antes que los que afecten a esta ciudad».

Una imposición que se cumplió escrupulosamente. La línea de alta velocidad a Albacete se inauguró el 15 de diciembre de 2010. Tres días después se ponía en marcha la esperada línea de alta velocidad de València a Madrid, que incluía estaciones en Cuenca y Requena. Alicante tendría que esperar al 17 de junio de 2013 para ver llegar los primeros «Patos» (los Talgo de alta velocidad).

Debates bizantinos

Aunque antes hubo que aguantar y pelear carros y carretas para ejecutar la línea envuelta en debates bizantinos sobre su trazado definitivo durante años. De hecho, un lustro después del Pacto de Murcia, en 2006, el AVE virtual aparecía en muchas campañas publicitarias y electorales, aunque el tren real estaba todavía lejos de llegar a la costa mediterránea.

El Pacto de Murcia establecía como horizonte deseable que la alta velocidad entrara en servicio entre Madrid y Albacete en 2006 y llegara a Valencia en 2007. Pero un amplio abanico de problemas técnicos, financieros y políticos situaron retrasaron las perspectivas inaugurales a 2010 y 2012, por lo que los valencianos tuvieron que esperar al «caballo de hierro» durante nueve años (València) y doce años (Alicante).

Aunque quien sigue esperando la llegada de la alta velocidad diecinueve años después es la ciudad donde se alumbró el pacto. Murcia y también Cartagena siguen sin estar conectadas a la red de alta velocidad. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento, espera asimismo poner en servicio a lo largo de 2020 la primera fase de la conexión del AVE a Murcia, los alrededor de 52 kilómetros que distan entre Monforte del Cid y Orihuela-Beniel. El resto de la conexión está pendiente de las obras de soterramiento de la llegada del tren a la capital adjudicadas a comienzos de 2019. Éste fue un logro de los vecinos de Murcia que lograron tumbar la estación provisional en superficie prevista inicialmente (como se hizo en Madrid y València) y que Fomento licitara la estación soterrada (y definitiva).

En el debe del Pacto de Murcia de 2011 también se encuentra la ejecución del AVE regional que debía comunicar las tres provincias valencianas y que la exministra de Fomento, Ana Pastor, prometió a los empresarios valencianos que estaría finalizado para 2015. Cuatro años después las promesas de Pastor siguen sin cumplirse ya que a Castelló llega un sucedáneo del tren de alta velocidad gracias a la instalación del tercer hilo de ancho europeo en las actuales vías de ancho ibérico. Una solución de urgencia que el tiempo ha demostrado errónea ya que todas las circulaciones se han visto penalizadas entre València y Castelló (el nudo neurálgico del corredor mediterráneo), al tener que reducir el trayecto a 160 kilómetros por hora.

También sigue sin ponerse en marcha, a pesar de ser el primer tramo donde se iniciaron las obras en 2002, la línea de alta velocidad València-Xàtiva (con las obras ya finalizadas). En este tramo siguen sin finalizar los 48 kilómetros que separan Xàtiva de Moixent, l'Alcúdia de Crespins y el Nudo de la Encina, cuya finalización está prevista para finales de 2020.

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