El objetivo principal es evitar que botes o garrafas de plástico se abandonen en los campos o se quemen, con la contaminación que ello supone y los efectos para el cambio climático. Los puntos, en su mayoría, son cooperativas agrarias o distribuidores de insumos agrícolas a los cuales el consumidor puede llevar sus envases, y así cumplir sus obligaciones en gestión medioambiental.