Apenas había tiempo, la ambulancia ya estaba de camino pero un hombre se estaba asfixiando tras atragantarse con un trozo de carne en un restaurante de Torrent. Su mujer, sin conocimiento alguno de maniobras de reanimación, tenía que ser la mano ejecutora que lo salvara, pero contaba con una inestimable ayuda. Al otro lado del teléfono un médico coordinador del CICU le iba dando las indicaciones necesarias para que su marido expulsara el alimento y abriera así las vías respiratorias. Gracias a las pautas del facultativo y al temple de la mujer, pese a lo nerviosa que estaba, el hombre de 54 años logró salvar la vida.

Los hechos ocurrieron a las 15.30 horas de ayer en un restaurante de Torrent donde se encontraba comiendo la pareja. Nada más percatarse de que su marido se estaba atragantando con una porción de comida y que no podía respirar la mujer telefoneó al 112.

Tras recibir el aviso, tal y como marca el protocolo para estos casos, un médico coordinador del CICU comenzó a darle indicaciones a la mujer mientras se activaba el servicio de ambulancia y el SAMU se dirigía hacia allí. El facultativo, Jesus Pons, le iba dando instrucciones telefónicas para realizar la maniobra de Heimlich.

«No respondía a los golpes en la espalda, su mujer estaba alterada y decía que no podía tragar, pero lo que tenía era que toser», relata el médico del CICU. Al no conseguirlo, le dijo que le golpeara repetidamente entre las escápulas, y tras ello que le abrazara por detrás juntando los puños y presionara por encima del ombligo con golpes secos hacia dentro y hacia arriba. Finalmente tras «un minuto y medio eternos», logró expulsar el trozo de carne y ponerse él mismo al teléfono. «Ya puedo respirar, no hace falta la ambulancia».