Designados los 22 miembros del primer Gobierno de coalición de la historia reciente de España, llega el turno de las quinielas para el segundo y tercer escalón, además de empresas públicas. Más de una decena de valencianos están a la espera de ser renovados o no. Son mayoría los vinculados a departamentos en manos de ministros valencianos, como el de Transporte, comandado por José Luis Ábalos.

«Lo único que pido es que se apriete el acelerador», dijo ayer el jefe del Consell, Ximo Puig, sobre los ministros. Se refirió así a una «agenda de problemas, algunos que llevan mucho tiempo sin tener la dedicación suficiente; esperemos que ahora la tengan, empezando por la financiación» autonómica.

Mientras, los socios del Consell y aliados del nuevo Gobierno se felicitan por la presencia de cuatro titulares de carteras vinculados a la C. Valenciana, pero reclaman que tenga efectos. El diputado de Compromís, Joan Baldoví, pidió a los cuatro ministros (Ábalos, Pedro Duque, Luis Planas y José Manuel Rodríguez Uribes) que «hagan bandera de esa valencianía» y se cumpla el acuerdo con la coalición.

La derecha valenciana, por su parte, desconfía de los elegidos por Pedro Sánchez. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, dijo que el PP dará los habituales cien días de tregua al presidente del Gobierno, si bien «los nombramientos y la actitud y trayectoria de algunos ministros no augura todo lo mejor», subrayó.

Tampoco observa indicios para la esperanza el líder de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. El Gobierno está «sobredimensionado», afirmó Toni Cantó. En su opinión, Sánchez ha buscado contentar a sus socios «nacionalistas o populistas» con carteras que «solo satisfacen sus egos» y no tienen contenido «chicha».

De los cargos valencianos, quien en principio descansa tranquilo es el embajador permanente ante la Unesco, el exeurodiputado valenciano Andrés Perelló. El puesto no es de cese automático como los cargos de confianza de los ministerios, sino que la misión encomendada es en teoría hasta agosto de 2022.

La designación no es del titular de una cartera, sino que es un encargo del Consejo de Ministros. En todo caso, nada es seguro mientras la estructura de Gobierno no esté completada.

Perelló, que es secretario de Justicia, Libertades y Nuevos Derechos en la ejecutiva del PSOE, está tranquilo, aseguran fuentes de su entorno, porque ha tenido propuestas para otros puestos y ha optado por mantener la representación ante la Unesco.

La inquietud es mayor en quienes están en puestos que cuelgan de los organigramas ministeriales. Ábalos se lo toma con calma, aunque los indicios son de continuidad. De momento, solo ha renovado a su secretario de Estado, Pedro Saura. Faltan ahora secretarios generales y directores. Entre los primeros están los de Infraestructuras, Julián López Milla, y Vivienda, Helena Beunza. Ambos valencianos, que ocuparon cargos en el Consell del Botànic anteriormente, como el comisionado para el corredor mediterráneo, Josep Vicent Boira, que tendrá que esperar a ver qué ocurre con el mando de Adif.

Los rumores de pesca en el Ejecutivo del Botànic continúan. Hasta ahora han sido fallidos, tanto en el caso de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, como el del secretario autonómico de Educación, Miquel Soler. El último nombre en las quinielas es el del titular valenciano de Turismo, Francesc Colomer. Podía ocupar un puesto en la misma área.