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Análisis

La financiación crea enemigos extraños

Lambán vuelve a marcar distancias con Puig y reivindica el frente del Norte con líderes del PP - El jefe del Consell buscará a Murcia y Baleares

Javier Lambán y Ximo Puig, en un encuentro en Madrid en 2018 por el corredor cantábrico. efe/aguilar

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha vuelto a marcar distancias con Ximo Puig. Ambos son del mismo partido, pero en algunos de los últimos grandes hitos de actualidad se han situado en posiciones contrarias. Si son amigos (así lo dijo Lambán ayer), lo aparentan poco. Nada que no se salve con un encuentro bilateral. De esos que el presidente maño no quiere para la cuestión de los dineros de los territorios.

La financiación autonómica vuelve al primer plano una vez que hay Gobierno estable. Y genera distorsiones extrañas: los frentes territoriales (por encima de ideologías y partidos) reaparecen; sin embargo, la solución al bloqueo solo llegará si se superan frentismos. La cuestión es si las interesadas amistades territoriales serán capaces de trasladarse al Congreso de los Diputados y derribar los muros entre partidos con que ha comenzado la legislatura. No habrá reforma sin acuerdo territorial y político.

La financiación autonómica ya es algo más que el tema estrella de la agenda valenciana. El president Puig ha destacado en más de una ocasión que la infrafinanciación valenciana es hoy ya una realidad asumida por todos los actores.

No obstante, el resto de agentes autonómicos decidió hace bastante no ser simples extras. Representan un papel defensivo, de mantenimiento (como mínimo) de la posición que ostentan en el reparto de los recursos del Estado, el que perjudica notablemente a la Comunitat Valenciana.

Lambán reivindicó ayer la denominada Declaración de Zaragoza, que firmó en septiembre de 2018 con los presidentes de Galicia, Asturias, Castilla y León, La Rioja y Castilla-La Mancha. Era una extensión del llamado frente del Norte, formado inicialmente por Galicia, Asturias y Castilla y León. En el grupo hay presidentes del PP y del PSOE, pero el interés es el mismo: defender la posición que tienen en el sistema de financiación autonómico actual.

Avances han conseguido, porque el criterio general asumido (la propia ministra de Hacienda lo ha manifestado y la propuesta valenciana también pasa por ahí) es que ningún territorio puede perder con el nuevo modelo. Ello se lograría con un reequilibrio vertical (más dinero para las comunidades y menos para la Administración central), un cambio fiscal o ambos.

Lambán expuso con claridad ayer el oden de las cosas . «Prevalece, antes que nada, el interés de cada territorio». Es decir, «antes que bloques ideológicos se establecen bloques por intereses, en el mejor sentido de la palabra». Así que, como recogió Europa Press, él es «muy amigo» de Puig, pero «antes» alcanzará un acuerdo con el presidente leonés que con el valenciano en materia de financiación autonómica. Y afirmó que no acepta soluciones bilaterales en este asunto. No es eso lo que reclama la C. Valenciana.

De momento, el bloque conservador parece más articulado que el de quienes piden la reforma. Ha habido encuentros con Baleares y Murcia, pero parecen caducados. Fuentes de Presidencia sostienen que la intención de Puig es dialogar con presidentes con intereses comunes, como los de Murcia y Baleares. Una clave puede ser la actitud en los próximos meses de Cataluña. Sería un aliado crucial para el Consell, pero ahora está en el discurso de la bilateralidad.

Lambán ya lideró junto al presidente socialista de La Mancha, Emiliano García Page, la oposición interna a Pedro Sánchez por dialogar con ERC para sacar adelante la investidura. Puig apoyó al líder del PSOE. Más que situarse internamente en el partido, estas posiciones de Lambán y Page se vinculan con la defensa de su voto en sus comunidades.

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