Lo había comentado anteriormente pero ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, le puso cifras a la afirmación. En 2019 se ofreció operarse en la privada a 35.921 pacientes (los que están en espera en la lista más de tres meses). De ellos, 20.941, el 58,3 % rechazaron ir a una clínica privada. Las operaciones reales que se hicieron pues bajo el conocido como plan de choque fueron 14.980, casi lo mismo que en años anteriores pero sin equiparar, ni de lejos a los 26.658 personas en lista que se operaron por la tarde en la pública.

La pregunta para la Administración es ¿por qué?, ya que teniendo la respuesta se podría poner solución y «exprimir» más esta vía de apoyo para la reducción de la lista quirúrgica que este año tiene más dinero y que también está acogiendo pruebas diagnósticas. La consellera Ana Barceló adelantó que los rechazos en 2019 fueron menos que un año antes (en que se llegó a un porcentaje del 64 %) pero aun así era alto y se quería hacer un análisis, «una encuesta para saber los motivos y si está en nuestra mano subsanarlos y ponerles remedio. Si son exclusivamente personales desde luego no podremos».

Hay gente que rechaza operarse, en la pública o en la privada, por coincidir por ejemplo con vacaciones «o con eventos personales importantes» pero la consellera no cree que este sea el principal motivo. Los que rechazan operarse en la privada, así como los que lo hacen en la pública por un problema de fechas, por ejemplo, pasan a engrosar la lista de espera «no estructural». En esta lista solo hay 9.131 pacientes, el 14,4 % del total, pero es la que con 249 días de demora, empeora el cómputo global de la lista de espera. Aquí la demora se hace eterna ya que hay pacientes esperando de media casi un año, 328 días, para unas varices.

Un apoyo «sin complejos»

El plan de choque sigue siendo una vía válida para atajar la demora quirúrgica para la consellera Ana Barceló frente a los reparos que puso en su día su antecesora Carmen Montón. Prueba de ello son los 14,3 millones de presupuesto que tendrá este año, un 28 % más que el año anterior.

De este apoyo decidido se alegraron ayer, precisamente, desde el Partido Popular que la empleó como salida única a la lista de espera en sus años de gobierno. Según el portavoz de Sanidad del grupo Popular en les Corts, José Juan Zaplana, «por fin el Consell se ha quitado los complejos» y, «aunque tarde», se ha dado cuenta que la colaboración público-privada es en ciertas situaciones una vía necesaria para descongestionar el sistema.

Sobre las cifras de la lista de espera, el popular aseguró que levantan «muchas suspicacias» y apuntó a labores de «maquillaje» por parte del gobierno del Botànic: «Los centros siguen saturados, los profesionales están colapsados y los valencianos siguen esperando una eternidad». «Todo parece indicar que la conselleria ha congelado la entrada de pacientes en las listas durante los últimos meses para poder cocinar los datos», añadió.