El aeropuerto de Alicante-Elx comenzó a recuperar la normalidad a las 14.10 horas de ayer con el aterrizaje de un vuelo procedente de Moscú y el despegue de otro avión hacia Bruselas y, según fuentes de Aena, se espera que a partir de esta mañana la operatividad de los vuelos sea plena, según Emergencias. No obstante, la terminal no recuperará plenamente la normalidad hasta dentro de un mes. De hecho está cerrada y acotada la zona del edificio más afectada por el incendio y el trabajo de los bomberos, que incluye la Sala Vip.

Los 60 bomberos que han trabajado en las labores de control y extinción del fuego continuaron trabajando ayer por tarde y un retén de guardia también durante la noche y no se descarta que el operativo siga desplegado durante al menos una semana, según apuntó José María Ángel, responsable de Emergencias de la Generalitat.

El fuego se desató, aunque no hay versión oficial, al aparecer por un fallo eléctrico o derivado de unas obras en la cubierta en las que pudiera estar soldándose algún elemento. La investigación se centra ahora en determinar las causas exactas para determinar posibles responsabilidades. En la zona de incendio, además de los bomberos, han trabajado peritos, especialistas en incendios llegados de València, Policía Judicial de Santa Pola, efectivos del Tedax y perros del Servicio Cinológico de la Guardia Civil. Ayer, mutismo oficial sobre las causas y no se descarta nada, aunque todo parece indicar que se pudo deber a un fallo accidental en una zona de la cubierta donde actuar es muy complicado.

A partir de que el aeropuerto recupere la normalidad total será la hora, de abordar otros temas, según apuntaron fuentes de Aena, que aseguraron que el aeropuerto dispone de un seguro ante la posibilidad de un incendio. Los pasajeros afectados no tienen, en principio, derecho a una indemnización al tratarse de un suceso de fuerza mayor como un incendio, terremoto, o, por ejemplo, la erupción de un volcán. La indemnización económica, en el caso de los pasajeros, solo es efectiva en el caso de que el vuelo se cancele por causas de la compañía como una avería o una huelga. Eso sí, también en el caso del incendio del aeropuerto la aerolínea sí tiene que poner un vuelo alternativo o la devolución del importe. Ayer por la tarde, cientos de pasajeros se agolpaban frente a las ventanillas de la compañías para solicitar información, sobre todo de vuelos que estaban por salir, ya que muchos se desviaron hacia los aeropuertos de Murcia y València. En el caso de estos pasajeros las aerolíneas montaron servicios de traslado en autobús o bien comentaron a los viajeros que se desplazaran por su cuenta y luego les abonarían el billete. No obstante, fuentes de Aena apuntaron que los pasajeros siempre pueden dirigirse, en caso de reclamación, a la Agencia Española de Seguridad Aérea.

Al margen del pago de la reparación del incendio en la cubierta de la terminal -el edificio estrenado en 2011 costó 600 millones de euros- las compañías, como clientas de Aena, también podrían reclamar daños y perjuicios por el cierre de la terminal durante 24 horas. Un portavoz de la Asociación Española de Compañías Aéreas apuntó ayer que seguro que habrá reclamaciones. Desde Aena subrayan que la urgencia es recuperar la normalidad por lo que esperan que hoy todo funcione al cien por cien, a excepción de la zona acotada, afectada también por el agua.

En cuanto a la repercusión en el sector turístico, Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera Hosbec, subra que el incendio no ha tenido un gran impacto en el sector turístico de la Costa Blanca al coincidir con la semana más floja del año en plena temporada alta. No se han producido cancelaciones y tampoco solicitud de habitaciones extra debido a que los vuelos no hayan podido operar. En estos casos, además, los turoperadores están preparados y cubren todos los gastos, «máxime desde que ocurrió el cierre el espacio aéreo por la erupción el volcán en Islandia». En estos momentos, los más flojos del año a nivel turístico, el 40% de los visitantes extranjeros se mueve en viajes organizados por los turoperadores, que garantizan todo tipo de incidencia. El resto que contrata de forma individual ha de adelantar gastos y luego reclamarlos a Seguridad Aérea o a Aena.