"El pecho me lo reconstruyeron pero la cicatriz queda y siempre me recuerda que la enfermedad estuvo ahí. Con la micropigmentación del pezón va a ser un cambio total". El testimonio es de Olivia Ramírez, médico de Familia del área del H. General de Valencia y la primera paciente que va a pasar por la nueva consulta de micropigmentación abierta en el hospital, la primera de toda la Comunitat Valenciana y con la que la sanidad valenciana se posiciona como la segunda de España en ofrecer dentro de la cartera pública la micropigmentación (tatuaje) de las areolas y pezones tras una mastoctomía de pecho.

Para Olivia, la micropigmentación del pezón y la areola (con una técnica 3D con la que se consigue un resultado hiperrealista) es una forma de quedar "completa" y de cerrar el círculo del cáncer que en su caso lleva abierto 19 años. "Es el último paso de todo el proceso y espero que sea el definitivo", añadió.

Olivia será la primera que se ponga en manos de María Rovira, la enfermera especializada que estará al frente de la consulta. Profesional de la casa, Rovira es además desde hace 16 años tatuadora profesional y, de hecho, simultanea su trabajo de enfermera con el mundo de los tatuajes artísticos por la tarde pero también se dedica a los tatuajes estéticos. "Areolas, pezones, disimular cicatrices€ El de la micropigmentación en 3D del pezón es un trabajo que llevo haciendo de forma particular mucho tiempo. Estoy muy contenta de que, por fin, lo pueda hacer aquí", ha explicado esta mañana frente a Olivia y frente a la consellera de Sanidad, Ana Barceló que ha sido la encargada de presentar la consulta y que ha destacado el "enorme beneficio" que supone para las mujeres mastectomizadas "a nivel físico y psicológico".

Olivia será la primera pero no la única. En el Hospital General de Valencia son diagnosticadas de cáncer de mama cada año más de 200 mujeres y "a una mayoría" se les extirpa total o parcialmente la mama. "Ahora que el servicio se ofrece dentro del hospital supongo que el 100 % de las mujeres que lo necesiten lo aceptarán", ha adelantado el jefe del Servicio de Cirugía Plástica del H. General, Severiano Marín, del que depende la consulta y desde donde se derivará a las pacientes tras la reconstrucción mamaria.

El proceso en sí es "mínimamente invasivo" y se hace en una misma mañana bajo anestesia local. "De aquí las mujeres salen ya con su pezón y su areola", ha explicado Rovira. El hecho de que se haga bajo la técnica de micropigmentación (menos duradera) y no con un tatuaje como tal es a causa de las tintas que se utilizan en uno y otro proceso. "Los tintes para tatuajes que se utilizan en este caso, por la gama de colores, no están autorizados para el ámbito sanitario, por lo que se ha optado por la micropigmentación", explica Julio Fernández, director de gestión sanitaria de la conselleria. La eventual pérdida de color se ha previsto teniendo en cuenta que harán falta consultas "de revisión" cada 3 o 4 años.

Red de consultas

La consulta del General de Valencia no será la única. La Conselleria de Sanidad, según ha adelantado esta mañana la consellera, tiene intención de ir ofreciendo el servicio en otros hospitales. "Estamos trabajando con las gerencias para saber si tenemos personal enfermero que lleve a cabo la técnica y que tenga experiencia en este tipo de práctica", ha explicado Barceló. El objetivo es "cubrir" primero las tres provincias para después crecer en cada una de ellas.

La micropigmentación, en cartera desde 2019

La Comunitat Valenciana será, después de Madrid, la segunda región que ofrezca en su sistema sanitario este recurso que, hasta ahora, solo ofrecían tatuadores privados. La puerta la abrió el Ministerio de Sanidad a finales de 2018 anunciando tras una reunión del Consejo Interterritorial del Sistema nacional de Salud que a partir de 2019 la sanidad pública iba a empezar a pagar los gastos de la micropigmentación en técnica 3D de los pezones y areolas mamarias a aquellas mujeres mastectomizadas y que se habían sometido a una reconstrucción de pecho.

Las mujeres que hasta ahora querían recuperar su pezón, aunque fuera solo visualmente, acudían a tatuadores privados pagando una media de 300 euros, "entre 150 y 200" si a los profesionales a los que acudían tenían acuerdos explícitos con algunos servicios sanitarios.

Según profesionales de la sanidad valenciana, de todas las mujeres que pierden un pecho por el cáncer, solo el 28 % en toda España optan por reconstruirlo pero, de las que lo hacen, el 85 % busca completar el proceso y recuperar el pezón y la areola de una u otra forma.