Aunque las lluvias de los últimos días han sido por lo general beneficiosas para el campo y están sirviendo para recargar acuíferos y embalses, las intensas nevadas y el viento que han azotado a la Comunitat Valenciana han repercutido de forma negativa en las variedades tardías de naranjas (que alcanzarán su grado óptimo de maduración en los próximos meses) y en las cosechas de caqui todavía por recolectar.

Una primera estimación de urgencia de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) situó ayer en el 80 % el porcentaje de cítricos echados a perder en algunas parcelas de las comarcas de La Marina, La Safor, La Costera y La Ribera, una merma de cosecha que podría ir a más en los próximos días debido a los golpes por el rameado en la fruta, al exceso de humedad en el suelo y la nieve acumulada sobre los naranjos, poniendo la puntilla a una mala campaña para el sector.

Los frutales y las hortalizas también se han visto damnificados en la primera fase de la borrasca Gloria. Las fuertes rachas de viento a lo largo del territorio provocaron roturas en invernaderos y mallas de protección de cultivos, así como desperfectos en almacenes agrícolas. En cualquier caso, las organizaciones agrarias AVA y La Unió de Llauradors hicieron hincapié en el impacto positivo de las lluvias para algunas cosechas, como el viñedo o el olivar. El episodio meteorológico, además, favorece la lucha contra las plagas.