El vicepresidente y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, ha presentado en Bruselas el plan del Hábitat 20-30 de la Generalitat, que será la hoja de ruta hacia "un hábitat justo, verde y saludable". Dalmau ha intervenido en la jornada "Sherpa Project", un proyecto impulsado por la Generalitat y cuyo objetivo es promover y facilitar la rehabilitación energética de los edificios de los gobiernos regionales en el área mediterránea.

La Generalitat, a través del Instituto Valenciano de Edificación (IVE), ha auditado gracias al proyecto Sherpa más de 15 edificios entre colegios, hospitales, institutos y centros de salud, para planificar su rehabilitación energética de una forma más eficiente, según informa la Conselleria.

En su intervención, ha explicado que el plan arranca del diagnóstico efectuado por el Observatorio de Segregación Urbana y Hábitat de la Generalitat, que ha cifrado en 88.000 los hogares valencianos que en 2019 necesitaban ayuda para acceder a una vivienda, unos datos "inaceptables" que "dar respuestas" y por ello la propuesta es alcanzar las 32.000 viviendas sociales en el año 2030.

El plan Hàbitat propone un nuevo modelo de gobernanza de proximidad basado en la municipalización de la gestión directa de las políticas de vivienda bajo la coordinación de la Generalitat. Según Dalmau, el Consell quiere lograr ciudades y comunidades sostenibles y, de este modo, el sector de la construcción y la regeneración urbana adquieren "un liderazgo incuestionable".

Los edificios son responsables del 40 % de las emisiones de CO2 y el consumo y las emisiones promedio de calefacción y refrigeración por vivienda es casi 14 veces mayor en áreas frías que en la costa. Al respecto ha propuesto reducir el consumo de energía primaria en un 35 por ciento en condiciones de confort en el parque público de vivienda para alcanzar los objetivos de la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía para 2030.

También se ha referido a la apuesta contenida en el plan Hábitat 20-30 para promover la renovación de edificios contra nuevas construcciones y ajustar los criterios de la economía circular al sector inmobiliario a través de prácticas innovadoras, así como promover el empleo verde.