El Xúquer registró a la una de la madrugada del miércoles 22 el mayor pico en su crecida en la Ribera, un aumento de caudal que ha puesto en alerta a varias ciudades. A esa hora, el aforo de Huerto Mulet, en Algemesí, registró 442 metros cúbicos por segundo y desde entonces el caudal empezó a menguar. La avenida media en 24 horas se situó en 290.

No es una riada histórica, pero sí ofrece un dato que la convierte en excepcional y es el mes del año en el que se ha producido. El registro histórico de ese aforo no ofrece un dato similar en un mes de enero en al menos medio siglo, el período de tiempo que ha examinado Levante-EMV. Hay un registro medio el 13 de enero de 1990 de 256 metros cúbicos, pero ninguno más se le acerca.

Avenidas de más de 500 metros cúbicos hay seis desde 1970, pero todas ocurren en los meses de septiembre, octubre o noviembre. Las riadas más recordadas, la de 1982 y la de 1987, se dan en los meses de otoño. En enero una crecida del Xúquer por aportaciones de lluvia en sus afluentes es poco habitual según los datos.

La doctora en Físicas y meteoróloga Mar Gómez asegura que las precipitaciones muy intensas en la zona cercana al Mediterráneo son frecuentes a finales de verano y otoño, cuando el agua del mar está más caliente, lo que unido a la orografía del terreno genera las tradicionales gotas frías, rebautizadas en DANA.

«La situación no ha sido para nada habitual, pero sí pueden darse este tipo de formaciones meteorológicas en esta época», señala. «Lo que se aprecia es un aumento de la torrencialidad, de luvias de tipo convectivo, que son aquellas que en poco tiempo generan una extraordinaria cantidad de agua», añade. Con todo, para poder saber si el cambio climático está detrás de la borrasca Gloria se hacen necesarios nuevos estudios.